Los estudios fitolíticos en América del Sur, una visión retrospectiva

Mariana Brea y Esteban Passeggi

Centro de Investigaciones Científicas, Diamante, Dr. Matteri y España s/n, 3105 Diamante, Argentina. cidmbrea@infoaire.com.ar


Si bien en las últimas décadas en Latinoamérica se han incrementado mucho las investigaciones fitolíticas en sus diferentes campos de aplicación como una consecuencia lógica del crecimiento de esta disciplina a nivel mundial, resulta de interés para comprender los matices particulares que estos conocimientos poseen, realizar un análisis retrospectivo que los enmarque en el desarrollo mundial de la Fitolitología.

Las primeras referencias de estudio de fitolitos en Sudamérica fueron proporcionadas por Ehrenberg en el siglo XIX, quien estudio elementos silíceos de origen vegetal y animal de diversas regiones del globo, los cuales en muchos casos son el resultado del análisis de muestras, que Charles Darwin coleccionó de sedimentos continentales, marinos, cineritas, diatomitas, turba y polvo atmosférico en su viaje a través del mundo. Posteriormente Ehrenberg sería quien crea la primera clasificación morfológica de fitolitos, llegando a identificar más de 89 tipos. Por lo que en América del Sur, las primeras determinaciones de restos silíceos corresponden a las realizadas por Ehrenberg trabajando sobre muestra de limos de los lechos inferiores de las barrancas de Monte Hermoso (Bahía Blanca), donde encuentra diatomeas, fitolitos de gramíneas y espículas de esponjas, probablemente de agua dulce. También cita la presencia de estos cuerpos silíceos en limos adheridos a restos de mamíferos fósiles recolectados en las barrancas de Punta Alta (Bahía Blanca) y en muestras de la superficie dentaria de un mastodonte proveniente de las barrancas del río Carcarañá (Santa Fe) y de humus de raíces de plantas herborizadas recolectadas en Patagonia y Tierra del Fuego.

Es casi luego de un siglo (entre 1925 y 1955) en que Joaquín Frenguelli cita por primera vez la presencia de células silíceas de gramíneas en sedimentos terciarios, cuaternarios y recientes de Argentina; describiendo con un gran detalle los rasgos morfológicos de los elementos epidérmicos (células largas, cortas, estomas, pelos), xilemáticos y fibrosos de las gramíneas actuales. Influenciada por el interés del propio Frenguelli es que años más tarde Hetty Bertoldi de Pomar, comienza sus estudios en esta disciplina realizando una serie de contribuciones entre los años 1969 a 1983, entre ellas su “Ensayo de clasificación morfológica de los silicofitolitos” en 1971. Esta clasificación incluye no sólo los fitolitos de gramíneas, sino también están descriptos aquellos presentes en ciperáceas, equisetáceas, arecáceas y podostemáceas. En los años posteriores elabora una serie de trabajos referidos a las asociaciones fitolíticas halladas en los sedimentos de la llanura santafesina, sedimentos de fondo de la laguna Guadalupe, sedimentos de los cauces fluviales correntinos y en sedimentos continentales provenientes de varias localidades ubicadas en diferentes puntos del territorio argentino (llanura de inundación del río Paraná, suelos de la llanura de Santa Catalina (Corrientes), suelos de monte en Riachuelo (Corrientes), sedimentos de fondo del lago Mascardi (Río Negro) y turba del Cuaternario superior de Infiernillo, departamento de Tafi (Tucumán), como así también, las asociaciones fitolíticas contenidas en los sedimentos del cauce del río Paraguay). Recopiló y elaboró un conjunto de metodologías utilizadas en el procesamiento de sedimentos clásticos, para su observación al microscopio óptico y es sin lugar a dudas “Los silicofitolitos. Sinopsis de su conocimiento” de 1975, su contribución de síntesis más importante en la fitolitología argentina. Esta labor es coetánea con la realizada por otros investigadores que comenzaban a darle el impulso inicial a los estudios fitolíticos en Australia, Brasil, Estados Unidos, Francia y Japón; mientras que a nivel regional esta tarea influenciaría a investigadores que aplicarían estos conocimientos en paleontología, sedimentología, pedología, botánica y más recientemente en arqueología.

En Brasil una serie de investigaciones sobre la composición fitolítica de las gramíneas del Cerrado sería publicada entre los años 1968 y 1970 por Labouriau, Cavalcante, Sendulsky, Campos, entre otros, investigaciones que lamentablemente no encontraría una continuidad en las décadas posteriores.

En lo referente a Argentina, Renato Andreis, en 1972, es quien registra por primera vez la presencia y remarca la importancia de los fitolitos en sedimentos cenozoicos de la Patagonia argentina, trabajando en paleosuelos de la Formación Muster (Chubut) de edad Eoceno medio. Cinco años más tarde, Luis A. Spalletti y Mario M. Mazzoni describen la presencia de silicofitolitos de gramíneas en el Grupo Sarmiento, en la provincia del Chubut. El mismo Mazzoni posteriormente realiza por primera vez los recuentos de los tipos y porcentajes de silicofitolitos de los sedimentos de la Formación Sarmiento utilizando para ello la clasificación morfológica de Bertoldi de Pomar.

Ya para la década de los ’90 se incrementan notablemente las contribuciones en la temática en general y en los distintos campos de aplicación en particular. En lo referente al estudio fitolíticos de sedimentos, sedimentitas y paleosuelos del Terciario y Cuaternario argentino, Di Paola y González, estudian en 1992 una secuencia continental terciario-pleistocena de la provincia de San Luis, siendo hasta el año 2002 que se realiza una segunda contribución sobre paleosuelos del Pleistoceno tardío – Holoceno de esta provincia por Strasser y colaboradores. Mientras que para la provincia de Buenos Aires se realizaron una serie de contribuciones principalmente en la región de la llanura inter y periserrana del sistema de Tandilla, paleosuelos del Cuaternario tardío y secuencias sedimentarias costeras del Holoceno tardío, realizado por Osterrieth y colaboradores.

En la provincia de Entre Ríos análisis fitolíticos en la cuenca del río Paraná en sedimentos neógenos tanto de sedimentos marinos (Formación Paraná -Mioceno medio-), como continentales (Formación Alvear -Pleistoceno inferior-) permitieron establecer diferentes paleocomunidades; por otra parte en la cuenca del río Uruguay se analizaron las asociaciones fitolíticas de la Formación El Palmar (Pleistoceno superior) en una localidad fosilífera ubicada en el Parque Nacional El Palmar (Entre Ríos) por Zucol y colaboradores. Este grupo de trabajo también realizó estudios fitolíticos en sedimentitas paleógenas de la Patagonia Argentina que abarcaron la Formación Salamanca (Paleoceno inferior), el Grupo Río Chico (Paleoceno superior) y la Formación Sarmiento (Eoceno – Mioceno), algunas de estas formaciones serían también estudiadas por Andreis en la localidad de laguna Payahilé de la provincia del Chubut.

Para este período en referencia a otras regiones de Latinoamérica, Piperno realiza el análisis fitolíticos y antracológico de sedimentos pleistocenos en la cuenca del río Amazonas, infiriendo los cambios paleoecológicos y la evolución del área estudiada durante los 75-69 ka, 28-11 ka (LGM) y el Holoceno. Parra y Flórez, por su parte analizan fitolíticamente la vegetación y suelos del Páramo colombiano, describiendo las asociaciones presentes en este particular tipo fisionómico de vegetación de Sudamérica.

La realización de estudios limnológicos en los lagos de La Yeguada, El Valle, Wodehouse (Panamá) por parte de Piperno, como así también de la laguna de Rocha (República Oriental del Uruguay) por Rodríguez y colaboradores, son los aportes fitolíticos realizados en Limnología.

En el área de los análisis fitolíticos aplicados a los estudios botánicos con posterioridad a los estudios realizados por Frenguelli y Bertoldi de Pomar en Argentina y por Labouriau y colaboradores en Brasil, se han implementado recientemente en Latinoamérica distintas líneas de investigaciones fitolíticas, tanto las directamente relacionadas con el análisis fitolítico de comunidades actuales como de comunidades vinculadas a estudios etnobotánicos. Entre los estudios de neta vinculación florística se encuentran los análisis fitolíticos de la pradera mesopotámica (realizados por Zucol) y del caldenal (realizados por Gallego) en Argentina y los ya mencionados de la vegetación altoandina del páramo colombiano de Flórez y Parra. Mientras que se han desarrollado análisis fitolíticos de comunidades vegetales vinculadas a estudios etnobotánicos, en Argentina, Uruguay y Colombia por investigadores como Campos, del Puerto, Korstanje, Monsalve y Würschmidt.

Los análisis fitolíticos aplicados a los estudios arqueológicos de Latinoamérica han tenido un fuerte impulso durante la pasada década, tanto por los estudios realizados por Piperno en Centro América y Matsutani y Pearsall en Ecuador y Perú, como los realizados por Babot, Korstanje, Würschmidt, Zucol en Argentina y Campos, Del Puerto, Inda e Iriarte en Uruguay.

 

 

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