Arqueología de la agricultura: suelos y microfósiles en campos de cultivo del Valle del Bolsón, Catamarca, Argentina

Korstanje, María Alejandra1 y Patricia Cuenya2

1 Instituto de Arqueología y Museo, Facultad de Ciencias Naturales e IML, Universidad Nacional de Tucumán, Argentina. 2 Cátedra de Pedología, Facultad de Ciencias Naturales e IML, Universidad Nacional de Tucumán.


El aporte que los microfósiles pueden dar a los estudios de agricultura prehispánica, si son tomados en conjunto y combinados con estudios de suelos, es prometedor.

Se presenta un caso de estudio en el Valle del Bolsón, Provincia de Catamarca, donde el problema se ha abordado desde una perspectiva interdisciplinaria que incluye la Arqueología, la Pedología y los estudios de micro-vestigios en Paleoetnobotánica.

A partir de un análisis de la planimetría del sitio de producción agrícola El Alto El Bolsón, ocupado desde el Formativo (inicios de la era cristiana), en adelante, nos hemos planteado hipótesis sobre la funcionalidad de distintos tipos de estructuras de producción (por ejemplo, canchones, acequias, aterrazamientos, corrales) y de vivienda. Elegimos como variables de contrastación de las mismas una perspectiva conjunta que tuviera en cuenta emplazamiento, acceso al recurso agua, la morfología arquitectónica de las estructuras, el análisis de los artefactos arqueológicos tanto de superficie como de excavación, y el análisis de los suelos y microfósiles contenidos en los mismos sitios. Presentamos aquí el análisis y los resultados de algunas de las estructuras estudiadas para dar un panorama de sus posibilidades.

Es necesario aclarar que si bien los microfósiles constituyen evidencia independiente en el sentido epistemológico, no deben ser interpretados descontextualizados de la información arqueológica estructural y artefactual, en tanto por sí solos no nos permitirán una interpretación adecuada ya que -como cualquier otro vestigio arqueológico-, una misma combinación de estos ecofactos puede interpretarse por circunstancias o actividades diferentes de acuerdo al contexto de hallazgo.

Por otra parte, si bien en algún momento se pensó que los microfósiles eran altamente estables y de escasa movilidad en los suelos, hoy sabemos que están sujetos a los mismos procesos tafonómicos y/o pedogenéticos que cualquier otra partícula incluida en la fracción limo de los suelos, por lo tanto los procesos de movimiento vertical y horizontal existen. Sin embargo, en tanto los sedimentos son prácticamente idénticos en todos los casos estudiados y comparados, asumimos que han existido los mismos procesos tafonómicos en todos ellos y por lo tanto la evidencia es siempre comparable en términos relativos.

Las muestras provenientes de espacios productivos fueron tomadas de acuerdo a los horizontes pedogenéticos observadas en el campo; es por este motivo que se pueden correlacionar aunque las profundidades sean diferentes.

Para la descripción de los suelos se siguieron las Normas de Reconocimiento de Suelos y en laboratorio se les realizaron análisis de textura, pH (relación suelo-agua 1:2,5), porcentaje de materia orgánica y en algunos casos Fósforo Total.

Los microfósiles son extraídos de las mismas muestras, y se procesan con el método de extracción múltiple de microfósiles que implica un bajo uso de productos químicos agresivos.

A partir de los resultados obtenidos en las estructuras consideradas como pertenecientes al modo de producción del Formativo Temprano, consideramos que la metodología es apropiada para separar, en una escala amplia de trabajo, la función de campo de cultivo (donde hemos podido distinguir prácticas agrícolas tales como fertilización de campos, rotación y alternancia de cultivos, y algunos tipos de cultígenos sembrados), de la del corral y de la de espacio doméstico propiamente dicho.

 

 

 

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