APORTE DEL ESTUDIO DE SILICOFITOLITOS AL ANÁLISIS DE SITIOS ARQUEOLÓGICOS EN EL SUDESTE BONAERENSE (ARGENTINA): II. SITIO CUEVA EL ABRA, OTRO CASO DE ESTUDIO

Osterrieth, M. (1); Mazzanti, D. (2); Martínez, G. (1) y V. Bernava (1)

(1) Centro de Geología de Costas y del Cuaternario. FCEyN-UNMdP. C.C 722 C-Central 7600 Mar del Plata.

(2) Laboratorio de Arqueología Bonaerense. Facultad de Humanidades UNMDP.


En esta comunicación se presentan los primeros datos obtenidos del estudio de silicofitolitos en la secuencia sedimentaria del sitio Cueva El Abra. Esta Localidad Arqueológica se suma a un contexto de sitios ubicados en reparos rocosos y zonas de pendiente que corresponden al ambiente serrano de Tandilia. estudiados por uno de los autores (DM) desde 1980 a la fecha (Mazzanti, 1999).

Los estudios de fitolitos en sitios arqueológicos para el país son muy escasos y sólo podemos mencionar los realizados por Wuschmidt y Korstanje (1998), en el noroeste de Argentina y una serie de trabajos previos en la zona, realizados en el Sitio 2 de la Localidad Arqueológica Amalia (Osterrieth et al., 2000 y Zucol et al., 2000). Este sitio es representativo además de las ocupaciones humanas en la región pampeana argentina desde hace más de 10500 años.

El sitio se encuentra sobre la pendiente noroeste de la sierra La Vigilancia, desde donde se domina visualmente la entrada al valle y zonas de llanura adyacente. A pocos metros de su boca y en un pequeño reparo hay representaciones rupestres pintadas con motivos figurativos zoomorfos (pisadas) y abstractos, siendo este estilo singulares para esta región (Mazzanti y Valverde, 1999).

Se reconocieron tres componentes arqueológicos. El componente inferior (NA3) corresponde a la ocupación más temprana de cazadores recolectores y ha sido fechado en 9.834 + años 65 AP. El componente intermedio (NA2), también presenta un registro arqueológico considerable. El componente superior (NA1), está constituido por la acumulación progresiva de evidencias arqueológicas por parte de grupos tardíos que reutilizaron periódicamente este asentamiento. Se dispone de un fechado de 958 ± 32 años AP. Este contexto se presenta con áreas de combustión que calcinaron la superficie de la cueva.

El material y los artefactos líticos recuperados son abundantes; han sido elaborados con rocas de buena calidad para la talla y se presentan numerosas puntas de proyectil apedunculadas pequeñas. La colección de alfarería fragmentada es numerosa y diversa (decoración incisa con pintura roja, negra, etc.). El abundante registro faunístico del sitio se presenta en muy buen estado de conservación y diversidad de especies. Algunos restos presentan marcas producidas por animales y por la actividad humana (Quintana et al., en prensa). Durante la excavación se identificaron pozos antrópicos los cuales pudieron ser delimitados claramente. Los mismos definen un episodio posterior a la ocupación indígena, pudiendo ser bien diferenciados de los niveles indígenas no perturbados.

En el sitio se realizaron excavaciones arqueológicas, sistema décapage durante sucesivas campañas (1996-2000), en cuyas secciones estratigráficas se definieron unidades estratigráficas sobre la base de la presencia de discontinuidades y de las características morfológicas (en base a lo establecido por el Soil Taxonomy, 1975).

Para el estudio de los silicofitolitos, en esta primer etapa, se trabajó en 6 submuestras (a intervalos consecutivos de 5 y 10 cm, niveles artificiales 1 a 6), que son representativas de la secuencia estudiada. Se establece la cantidad de sílice amorfa como de silicofitolitos, diatomeas y vidrios volcánicos, respecto del total de los componentes mineralógicos. Las muestras se montaron en aceite de inmersión y bálsamo de Canadá. Se utilizó la taxonomía de Bertoldi de Pomar (1971) y Twiss (1992). Se contaron 400 a 500 granos usando microscopía de polarización óptica y electrónica de barrido.

Las características morfológicas más relevantes de las muestras estudiadas indican colores más claros, castaño grisáceo en seco (10YR5/2), en los niveles superiores (1 y 2), que oscurecen levemente; castaño grisáceo oscuro (10YR4/2) en el nivel intermedio (3 y 4); para volver a aclarar en el nivel inferior (5 y 6) castaño (10YR5/3). Si bien la morfología es masiva en todos los niveles; la consistencia marca una notable compactación en el nivel superior 1, menos compacto en el nivel 2, que pasa a suelto en los restantes niveles. La textura es limoarcilloarenosa en los niveles 1 y 2, incrementando su granulometría a limoarenoarcillosos en los 4 niveles inferiores.

En el análisis de las muestras naturales se observaron en los niveles 1 y 2 abundantes restos vegetales y materiales carbonosos, que pasan a comunes en los niveles 3 y 4, para ser casi inexistentes en los dos niveles inferiores.

En las muestras tratadas, los valores porcentuales medios de la fracción sílice amorfa: vidrios volcánicos, silicofitolitos y diatomeas, respecto del total de los componentes minerales son altos, con valores del 35, 42, 28, 27, 24 y 22 % de arriba abajo en la secuencia.

Si bien los tamaños de grano, con preponderancia de fitolitos son amplios, las granulometrías con los mayores contenidos de silicofitolitos es la de los limos menores a 20 µm. Son también los de mayor diversidad y riqueza morfológica.

Las diatomeas son muy abundantes en los niveles 1 y 2, escasas en el 3 y desaparecen a partir del nivel 4. La presencia de diatomeas, que son recurrentes en los niveles superiores de otros sitios arqueológicos, indican condiciones de humedad tales que generaron un encharcamiento de la cueva, en un período que podría haberse iniciado hace aproximadamente 1000 años AP (Martínez y Osterrieth, 2001).

Se presentan formas articuladas comunes en los 3 niveles superiores, desapareciendo hacia la base de la secuencia.

Las formas de fitolitos aisladas reconocidas con carácter preliminar, indican predominio de Prismatolitas (entre 22 y 10%), las de tamaño menor a 30 µm de largo, por unas pocas micras de ancho. Estas en su mayoría se presentan frescas mientras las morfologías mayores están alteradas en variada intensidad. Las Flabelolitas son escasas en general y predominan las formas más elongadas y pequeñas (1 a 3%). Las Aculeolitas están siempre presentes con bajos porcentajes (1-2%). Dentro de las morfologías menores a 40 µm, se destacan en cantidades semejantes (4 a 12%) Halteriolitas y Estrobilolitas, aunque con tendencias cuantitativas contrapuestas. En los tres niveles superiores predominan las Halteriolitas y en la base de la secuencia dominan los Estrobilolitas. Los Braquiolitas no superan el 3%. Son abundantes las morfologías subredondeadas, triangulares, muy pequeñas entre 5 y 8 µm, difíciles de definir por estar en el límite de la definición por microscopía óptica. Podrían ser formas muy erodadas, vinculadas a los sedimentos eólicos. También se observaron escasas Doliolitas.

Los vidrios volcánicos están presentes en toda la secuencia con valores que oscilan entre el 9 y 15 % de la fracción total, presentándose en general muy frescos; en el nivel superior se observan recubiertos de materiales oscuros.

No hay aquí tenores de fitolitos excepcionalmente altos como ocurre en el sitio arqueológico ¨Amalia¨, donde fue posible inferir un acondicionamiento antrópico del sitio con gramíneas (Osterrieth et al., 2000 y Zucol et al., 2000). Las cantidades de sílice amorfa, halladas en el sitio Cueva el Abra, son semejantes a las que presentan los Hapludoles líticos, suelos dominantes en ese ámbito serrano; y en su sector superior, a los que presentan los paleosuelos hidromórficos analizados en otros sectores de llanura pampeana. No obstante, las cantidades son sensiblemente mayores que las que presentan las secuencias de sedimentos loéssicos y paleosuelos de la zona (Osterrieth, 2000). El sector superior, niveles 1 y 2, con diatomeas como silicobiolitos preponderantes, indican la presencia de un ciclo húmedo con encharcamiento de la cueva, ocurrido hace unos 1000 años AP aproximadamente. En sector intermedio de transición, hacia el sector inferior donde ya no hay diatomeas y se presentan fitolitos, predominantemente Estrobilolitas, podrían corresponderse con los tipos asignados a gramíneas de condiciones semiáridas quedando por definir si se asignan al tipo C4, como ya fuera definido para la base del sitio 2 de Amalia. Este evento se ubica entre los 7000 y 10000 años AP (Zucol et al., 2000).

Este trabajo permitirá incrementar la base de datos fitolítica necesaria para el aporte de elementos a la interpretación de formación y evolución de sitios arqueológicos y las ocupaciones humanas en la llanura pampeana. Todo ello en estrecha interacción con los estudios sedimentológicos, geoquímicos, mineralógicos, estratigráficos, arqueológicos, entre otros.

Bertoldi de Pomar, H. 1971. Ensayo de clasificación morfológica de los silicofitolitos. Ameghiniana 8 (3-4):317-328.

Martinez, G. y M. Osterrieth. 2001. Estratigrafía, procesos formadores y paleoambientes. En: Mazzanti, D. y C. Quintana (Eds.). Cueva Tixi: Cazadores y Recolectores de las Sierras de Tandilla Oriental. 1 Geología, Paleontología y Zooarqueología 3: 19-34.

Mazzanti, D. 1999. Secuencia arqueológica del Sitio Cueva el Abra, Tandilia oriental, provincia de Buenos Aires. XIII Congreso Nacional de Arqueología Argentina. Resúmenes: 365. Córdoba.

Mazzanti, D. y F. Valverde. 1999. Representaciones rupestres de cazadores-recolectores en las sierras de Tandilia Oriental: una aproximación a la arqueología del paisaje. XIII Congreso Nacional de Arqueología Argentina, Actas, Córdoba.

Osterrieth, M. 2000. Silicofitolitos una herramienta para la comprensión de procesos pedológicos del Cuaternario. XVII Congreso Argentino de la Ciencia del Suelo .CDR: 4.

Osterrieth, M.; Zurro, D.; Mazzanti, D. y A. Zucol. 2000. The first study of silica phytoliths in an archaeological cave of the Pampean plains of Argentina. “La Amalia” site: a case study. 3rd I.M.P.R. Man and the (palaeo) environment. Internacional. The phytolith evidence. Tervuren, Bélgica. Actas: 7-8.

Quintana, C.; Valverde, F. y A. Albino. En prensa. Registro de fauna del sitio Cueva El Abra, Tandilia Oriental Pcia. de Bs. As. XIII Congreso Nacional de Arqueología Argentina, Actas, Córdoba. 1999.

Twiss, P. C. 1992. Predited world distribution of C3 and C4 grass phytoliths. En: Rapp G. y S. Mulholland (Eds.), Phytolith systematics, Emerging Issues. Advances in Arqueological and Museum Science. Vol. 1 : 113 – 128.

Würschmidt, A. y M. A. Korstanje. 1998. Maizes and kitchens, first evidences of phytoliths in archaeological sites of northwestern in Argentina. 2nd Int. Meet. on Phytoliths Research. Belgica. Abstract: 63.

Zucol, A.; Brea, M.; Osterrieth, M. y G. A. Martínez. 2000. Análisis fitolítico de un horizonte sedimentario del Sitio 2 de la Localidad Arqueológica Amalia, provincia de Buenos Aires. II Congreso de Arqueología de la región Pampeana Argentina. Libro de resúmenes: 27. Mar del Plata.

 

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