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Taboada, M. A. ; Barbosa, O. A. y D. J. Cosentino En los suelos franco limosos pampeanos, se ha postulado que la capacidad de regeneración de sus poros se encuentra limitada por la escasa capacidad de dilatación de los limos finos con componentes de origen biótico (silicofitolitos) y las arcillas ilíticas (Pecorari et al. 1990). El objetivo del presente trabajo fue investigar la característica de contracción al secado de agregados superficiales de un Argiudol pampeano, en distintas fases de degradación. Estas fases implican variables niveles de materia orgánica, y de arcilla total y expansible. El suelo fue el horizonte A (5 - 15 cm) de un Argiudol Típico, serie Peyrano, familia fina ilítica térmica, Uranga, Santa Fé (33° 15’ S; 60° 43’ W). Los niveles de degradación fueron: a) no degradado o prístino; b) degradación moderada; y c) degradación severa, con evidencias de mezcla textural entre los horizontes A y B. Se construyeron las curvas de contracción al secado de 20 agregados naturales (2 - 3 cm de diámetro), según la metodología de Mc Garry y Daniells (1987). Se ajustaron las rectas de regresión en cada zona de contracción. Mc Garry y Daniells (1987) demostraron que pueden ser derivados varios índices cuando se hallan representadas las zonas de contracción mencionadas. Se calcularon los índices y variables derivadas. Las diferencias en estos índices fueron evaluadas estadísticamente por ANVA. Los agregados de los suelos prístino y moderadamente degradado presentaron descensos moderados de volumen durante el secado, con zonas de contracción normal y residual, mientras que los del suelo severamente degradado sufrieron importante contracción volumétrica durante el secado. Estos resultados ponen en evidencia la mezcla de materiales de los horizontes A y B durante las labranzas previas en la situación severamente degradada. De los índices de Mc Garry y Daniells (1987), el volumen específico del suelo seco a , y el punto de entrada de aire q A, suelen ser dos índices muy sensibles a las pérdidas de porosidad por deterioro estructural. El índice q A, presentó valores similares en todos los sitios (0,16 - 0,20 Mg m-3), por lo que puede concluirse, no fue afectado por el nivel de degradación. En cambio, el índice a , fue significativamente más bajo en el suelo severamente degradado. Los suelos francos se caracterizan por presentar sólo moderados cambios de volumen, lo cual es indicado por pendientes n, menores que la unidad. Ello es lo que sucedió en los suelos prístino y moderadamente degradados, cuyas pendientes n, fueron siempre menores que 0,6. En cambio, bajo severa degradación, ambos horizontes A del Argiudol presentaron valores de n significativamente más altos. Los agregados del suelo severamente degradado alcanzaron una humedad máxima q B, y un volumen máximo q B, significativamente más altos que los agregados de los suelos prístino y moderadamente degradado. Es decir, que el mayor contenido de arcilla expansible del suelo severamente degradado no dio lugar a una deseable mayor porosidad de aire durante la contracción al secado, sino sólo un mayor hinchamiento normal al humedecerse. Los presentes resultados permiten refutar, o al menos poner en duda, algunas de las ideas preexistentes sobre el funcionamiento estructural de estos suelos limosos. En primer lugar, los Argiudoles franco limosos no son completamente rígidos sino que son capaces de desarrollar contracción normal y residual durante el secado. El enriquecimiento en arcilla expansible causado por la mezcla textural entre horizontes A y B no generó mayor creación de porosidad de aire, sino sólo mayor hinchamiento normal. Por consiguiente, la baja capacidad de regeneración de poros no se relaciona con la falta de arcilla expansible. Referencias Mc Garry, D. e I. G., Daniells. 1987. Shrinkage curves indices to quantify cultivation effects on soil structure of a Vertisol. Soil Soc. Amer. J., 51: 1575 - 1580. Pecorari, C.; Guerif, J. y P. Stengel. 1990. Fitolitos en los suelos pampeanos: influencia sobre las propiedades físicas determinantes de la evolución de la estructura. Ciencia del Suelo, 8: 135-141.
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