En ese marco,
el Dr. Mario G. Chiovetta* -Director del Centro Científico Tecnológico
(CCT)
CONICET Santa Fe y Director a/c del Instituto de Desarrollo Tecnológico
para la Industria Química (INTEC)-,
alude a algunos trabajos científicos locales que impactan en la
sociedad. La trascendencia de la obra del Dr. Bernardo Houssay. El CONICET,
y las expectativas a futuro en Santa Fe. .
¿A
qué obedece esta conmemoración?
Se la instituyó en homenaje al Dr. Bernardo Houssay -10/04/1887-21/09/1971-,
quien fue Premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1947 y primer
presidente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas
y Técnicas (CONICET),
fundado en 1958.
Hoy,
en líneas generales, ¿cómo
está la investigación científica?
Yo diría que se encuentra en un buen momento, salvando las limitaciones
presupuestarias habituales. ¿Por qué digo esto? Lo hago
a partir de la cantidad y calidad de los trabajos publicados y presentados
en congresos y reuniones así como en revistas nacionales e internacionales,
hechos que demuestran que la generación de conocimientos sigue
siendo uno de nuestros puntos fuertes. El CONICET
Santa Fe no escapa a esta regla general de CONICET
en todo el país, y es posible encontrar el mismo nivel de calidad
y de volumen en los trabajos de nuestros investigadores. Asimismo, deseo
destacar que éste es un momento de transición en el que
consolidamos una estructura de CCTs que ratifica la institucionalización
que Houssay inició hace más de 50 años. Como todo
proceso, tiene altibajos: por un lado, buenos resultados científicos
y crecimiento -en 2010, CONICET
incorporó 1400 becarios al sistema-; por el otro, nuestro presupuesto
de Ciencia y Tecnología está en el 0,5% del PBI, inferior
al de nuestros vecinos del Mercosur y causa de que los presupuestos no
hayan crecido en la medida necesaria y de que en nuestra retribución
salarial, afectada por el costo de vida, se haya diluido el efecto de
la jerarquización de hace algunos años. No obstante, hay
un aspecto que debe rescatarse en la visión de la producción
de nuestro CCT
y de nuestra gente: el impacto en la sociedad. Existen cosas que el ciudadano
empezará a recibir, si es que no las recibió ya, y que le
modificarán, en principio, su perspectiva. Por ejemplo, de una
lista extensa, selecciono las investigaciones del Instituto de Agrobiotecnología
del Litoral (IAL),
con la Dra. Raquel Chan y su grupo, que modifica cereales y oleaginosas
para que resistan sequías y temperaturas desfavorables -con impacto
directo en la producción-; en el INTEC,
el trabajo del grupo del Dr. Alberto Cardona, en el Centro Internacional
de Métodos Computacionales en Ingeniería (CIMEC),
que desarrolló modelos matemáticos para, desde una computadora,
analizar y predecir el comportamiento y las posibles fallas de un reactor
nuclear, un tema muy actual; el trabajo del Dr. Ignacio Rintoul (INTEC),
premiado por la Bolsa de Comercio de Santa Fe, consistente en el microencapsulamiento
de hormonas a fin de sincronizar el celo con la fecundidad del ganado
vacuno y mejorar el desenvolvimiento de la tarea de creación de
nuestra comida vacuna. Por lo anterior, insisto en que la investigación
científica está en un buen momento.
En esta nueva
conmemoración, ¿cuál es el mensaje
que envía a sus colegas?
Este saludo que les dirijo incluye la solicitud de que nos esforcemos
aún más para convencer, a quienes tienen poder de decisión,
de que la ciencia y la tecnología son herramientas importantes
en todo proceso de crecimiento. Con notas periodísticas como ésta,
y la posibilidad de comunicarnos con la población, aportamos en
esa dirección. La ciencia ayuda a crecer, a mejorar la calidad
de vida de la gente, y nosotros, en nuestro día, celebramos ser
investigadores que -creemos- podemos aportar a ello.
Con relación
al CONICET, ¿qué significa la figura del
Dr. Houssay?
Más allá de los logros científicos de nuestro Premio
Nobel, rescato lo que hizo institucionalmente hace más de 50 años
como primer presidente de nuestro organismo, y lo compararé con
lo que ocurre ahora. Quizás una de sus concreciones más
importantes fue la institucionalización de la investigación
científica en la Argentina -una actividad que es muy anterior a
Houssay como presidente- y que, en su mandato, redundó en un crecimiento
extraordinario que se tradujo, por caso, en la creación de lo que
entonces se conocía como “Instituto” y hoy es una Unidad Ejecutora
(U.E.). Por ejemplo, el Instituto Nacional de Limnología (INALI),
que cumple 50 años en 2012, fue la primera de ellas, pero ese número
hoy supera las 180 UU.EE., con una dotación de casi 18 mil personas.
En paralelo, desde 2007, hubo una modificación evolutiva del CONICET
con la creación de los Centros Científicos Tecnológicos
-Decreto 310/07- que permite actualizar, con la descentralización
y la reorganización, una estructura acorde a las necesidades regionales
y al tamaño que tiene el organismo. No obstante el valor positivo
de todo ello, se estudia mejorar el decreto en pro de la gestión
y del trabajo de investigación.
En el CONICET
Santa Fe, ¿cuáles son las expectativas
a futuro?
Crecer y mejorar, y en cuanto a nuestro predio CCT del Paraje El Pozo,
la posibilidad de que ese “futuro” esté mejor alojado. Y estamos
en camino: hay obras edilicias en uso y en construcción. Entre
las primeras, en 2010 se inauguró, con una inversión de
$ 6/7 millones, el Edificio de Documentación, de 2400 m2 -con una
Biblioteca muy importante para la ciencia y la técnica del país,
y otras dependencias-, donde trabajan 60 personas. Entre las segundas,
ya se observa la estructura del IAL,
a la que seguirán, tras las próximas licitaciones, las construcciones
del Instituto de Matemática Aplicada del Litoral (IMAL)
y del Instituto de Investigaciones en Catálisis y Petroquímica
(INCAPE), los
tres de doble dependencia. Esto agregaría unos 4000 m2 con lugares
de trabajo, sobre todo laboratorios y gabinetes, para 220 investigadores,
becarios, profesionales y técnicos, con una inversión de
$ 14/15 millones. Asimismo, tratamos de impulsar que se completen los
edificios INTEC II y Grandes Instrumentos, los que añadirían
otros 4000 m2 y laboratorios para más de 200 personas, con una
inversión total de casi $ 20 millones. Considerando todo lo anterior,
nuestras expectativas son razonables porque vamos a poder dar mejor ubicación
a nuestros recursos humanos para que desarrollen sus actividades.
Para concluir,
sé que ha comenzado una novedosa autoevaluación institucional...
Así
es, debida a un convenio entre el CONICET
y el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva
de la Nación (MinCyT). Durará
un año y requerirá del esfuerzo de todos los investigadores
con el objetivo de establecer un Plan Estratégico (PE), de ejecución
inmediata, de todos nuestros CCTs para la próxima década.
Luego, la mejora edilicia, nuestros fuertes recursos humanos que permanecen
con la calidad de siempre y crecen, y la autoevaluación que permite
fijar un PE nos dan margen para ser optimistas.
(*) Ingeniero químico
(UNL), Dr. en Ingeniería
Química (Universidad de Massachusetts, EE. UU.), investigador del
CONICET y profesor
de la UNL.
Entrevistó: Lic. Enrique A. Rabe (ACS / CCT
CONICET Santa Fe).
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