La Biología, fuente de inspiración de la ingeniería aeronáutica
 

Dr. Sergio PreidikmanEl Dr. Sergio Preidikman* investiga en Aeroelasticidad, un área de la Mecánica Aplicada. Tiempo atrás, dictó una conferencia en el Instituto de Matemática Aplicada del Litoral (IMAL/Conicet/UNL), de nuestra ciudad, referida a micro-vehículos supermaniobrables, para cuyo diseño los científicos se inspiran en la Naturaleza.vuelo del picaflor


¿Qué significa “aeroelasticidad”?
Esta combinación de las palabras “aerodinámica” y “elasticidad” define la rama de la mecánica aplicada que trata de los fenómenos que ocurren en cualquier estructura que tenga elasticidad, que esté inmersa en un fluido, tal como el agua o el aire, que excita a esta estructura elástica para que se mueva también de alguna manera. Al acoplarse con el fluido, la estructura puede comportarse favorable o desfavorablemente. Quizás, el ejemplo más “tristemente” famoso de un fenómeno aeroelástico -conocido como “flutter”, en inglés- es el del puente Tacoma Narrows, en el Estado de Washington (EE. UU.), que comenzó a oscilar, autoexcitado, hasta que se destruyó totalmente. Los estudios aeroelásticos nos permiten, por ejemplo, predecir cómo evolucionará este fenómeno con el fin de evitar consecuencias desfavorables.

¿En qué otros objetos actúa la aeroelasticidad?
En los aviones, en los cables de conducción de energía eléctrica y en los edificios altos, por citar pocos ejemplos. En el último caso, cabe mencionar el “Citicorp Center Building”, de Nueva York, cuyas oscilaciones, debidas a fenómenos aeroelásticos, eran tan grandes que hubo que colocar en su techo una masa de casi 400 mil kilos para reducir las vibraciones inducidas por el viento.

¿Por qué es importante investigar en este tema?
En principio, porque los resultados permiten hacer ingeniería “predictiva” y saber qué sucederá con una estructura que se está diseñando antes de que la misma esté construida, con lo cual se gana en seguridad. Pero los estudios también sirven para averiguar causas de fallas; por ejemplo, la rotura de la estructura de un avión en un túnel de viento, cuando el fenómeno aeroelástico sucede a una velocidad menor a la esperada. Sin embargo, y éste es el motivo por el cual di mi charla aquí, mi trabajo actual no tiene que ver con lo anterior sino con la forma en que algunos insectos y pájaros pequeños obtienen ventajas de la aeroelasticidad para mantenerse en vuelo. El avión vuela independientemente del fenómeno aeroelástico; en cambio, el vuelo de las aves es una consecuencia directa de este fenómeno. En otras palabras, si algunos insectos o aves pequeñas no “hicieran” aeroelasticidad no volarían; ellos necesitan deformarse -o vibrar- de alguna manera para así poder mantenerse en vuelo.

¿Qué caracteriza a los microvehículos?
Desde hace tiempo, algunas agencias gubernamentales de EE. UU. desean diseñar prototipos de microvehículos supermaniobrables, del tamaño de un abejorro o un picaflor, con capacidades extremas de maniobrabilidad. Éstas les permitirían volar en el pasillo de una casa, aterrizar “patas para arriba” -como una mosca o una mariposa-, mantenerse suspendidos volando en un mismo lugar, o girar para cambiar la orientación de sensores, o de lo que se quiera poner en ellos. En 2004, mientras trabajaba en un proyecto relacionado con este tema, un proyecto sobre micromecánica, me preguntaba por qué no observábamos a la Naturaleza, que desde tiempos remotos venía haciendo que ciertas cosas volaran. Luego, con dos profesores de la Universidad de Maryland, en College Park (EE. UU.), decidimos escribir una propuesta para una agencia del gobierno, expresando que nos inpiraríamos en la Biología para diseñar un microvehículo como los ya mencionados. Dicho de otra manera, íbamos a tratar de entender qué había hecho la Naturaleza y así ver cómo podíamos utilizar lo aprendido para diseñar microvehículos aéreos. Al estudiar el vuelo de algunos insectos y aves pequeñas me di cuenta de que no se trataba de un fenómeno sólo aeroelástico, sino de uno aeroservoelástico - “servo” indica sistemas de control-. Esto significa que no se trata de una estructura pasiva que vibra por la acción del fluido que fluye a su alrededor, sino de una estructura activa, con sensores y actuadores embebidos en ella. Esta estructura activa se pone a la misma frecuencia con el sistema de visión y el sistema nervioso (o equivalente) para optimizar los mecanismos de vuelo.

¿Cuál ha sido su principal aporte a la disciplina?
Lo he hecho en “aeroelasticidad no lineal”. Con las técnicas clásicas de la aeroelasticidad lineal se podía predecir en qué momento comenzaba a ocurrir el “flutter”, pero no era posible decir qué pasaría a continuación. El comportamiento “post-flutter” es lo que en matemática se conoce como “de naturaleza no lineal”. Mi aporte permite saber qué sucede después de que este fenómeno comienza, lo que se reflejó en el diseño de un avión que produce la empresa “Cessna” (de EE. UU.). Mi contribución refiere a la predicción de lo que le sucede a esta aeronave cuando supera la “velocidad crítica”, o velocidad a la cual el “flutter” empieza.

¿En qué proyecto trabaja en nuestro país?
En éste de microvehículos, financiado por una agencia de EE. UU., y que también efectúo como investigador del Conicet en la Argentina. Realizo actividades en ambos países, las que reciben apoyo del Conicet y de las Secretarías de Ciencia y Técnica de las universidades nacionales de Río Cuarto y de Córdoba.

(*) Ingeniero Mecánico Aeronáutico (UNC), Master en Ingeniería Civil (Universidad de Puerto Rico) y doctor en Mecánica Aplicada (Instituto Virginia Tech; EE. UU.). Es investigador del Conicet y docente en la UNC y en la UNRC.

Entrevistó: Lic. Enrique A. Rabe (CS / Ceride - Conicet).

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Publicado el 20 de setiembre de 2006