TORRES DE BABEL
Actualmente se hablan en el mundo entre cinco mil y diez mil idiomas, y han desaparecido unos ochocientos.
Las lenguas, ese tesoro : Las lenguas son un tesoro que preservar y un bien que intercambiar. A pesar de lo mucho que se ha estudiado la cuestión en este siglo, son todavía numerosas las incógnitas y las dudas. Por ejemplo, ¨cuántas lenguas hay en el mundo? Nadie puede decirlo con certeza. La respuesta se encuentra en "entre 5000 y 10.000", según las diferencias, a veces conflictivas, que se establezcan entre lenguas y dialectos. Es importante tratar de salvar las lenguas actuales, teniendo en cuenta las numerosas desaparecidas: 150 en Australia, otras tantas en América del Norte, una cincuentena en América Central y más de 330 en América del Sur. Unos 40 idiomas indoeuropeos han desaparecido, una veintena en el área semítica y otras tantas en Asia. "El lenguaje humano", escribe Max Delbrück, "es una capacidad singular, cuyo tosco comienzo es lo único que podemos encontrar en nuestros parientes más próximos, los grandes monos".
Funciones biológicas: El lenguaje cumple dos funciones biológicas: sirve de "muleta" para el pensamiento representativo y analítico (un asunto privado) y de medio de comunicación (un asunto social). La combinación de estos dos aspectos permite que el lenguaje se haya convertido en el vehículo del progreso cultural al transmitir ordenadamente los sistemas de conocimiento de generación en generación y salvar las barreras lingüísticas por medio de la traducción. Además, ha hecho posible la ciencia.
Algunos hablan de poderes : Un especialista francés, Claude Hagége, divide también en dos los poderes de la lengua: uno interno y otro externo. El primero se refiere a la lengua en cuanto sistema y a la relación que mantiene con quienes la emplean y cuyo psiquismo y actividad determina; el segundo consiste en la utilización de la lengua en el acto del habla, y de los medios que tal uso confiere a quienes lo realizan. La lengua precede al individuo, el cual, desde su nacimiento hasta la edad adulta, no tiene más remedio que aprenderla. El ser humano vive el empleo de una lengua como una relación fundadora, proveedora de identidad cuando no de acceso a la existencia. La lengua es mucho más que el simple instrumento que sería si se aceptara la definición reductora, que sólo quiere ver en ella un medio de comunicación. La capacidad lingüística requiere el dominio de dos actividades relacionadas entre sí: la producción del habla y su comprensión. La producción consiste en vocalizar una secuencia temporal, una retahíla de sonidos que tienen algún significado. La comprensión del habla es percibir éstos y desentrañar su significado.
El deterioro: La gramática, los proverbios y los modismos de una lengua nos permiten, mejor que ningún otro factor, comprender el modo de pensar y de sentir de quienes tienen a aquella por lengua materna. Por ello, entre nosotros se alzan continuamente voces de alerta ante el deterioro del idioma y la despreocupación del individuo y de la sociedad. En opinión de algunos especialistas españoles, "el desprecio hacia el lenguaje supone un deterioro cultural y profesional. Se pierden el amor a las palabras y la preocupación por escribir bien, por expresarse correctamente". Se ha hablado también de la devaluación del castellano, en cuyo uso (y abuso) se descubren sintaxis defectuosa, pobreza de vocabulario, plurales bárbaros, gerundios mal empleados, desconocimiento de la función sintáctica de las reposiciones (el "dequeísmo", por ejemplo), anglicismos ("sponsor", "nominación", y centenares más), así como conjugaciones erróneas.
El origen del lenguaje humano : Los científicos se preguntan, tanto desde las ciencias humanas como desde las ciencias de la naturaleza, por qué una palabra tiene determinado significado. Se sabe poco sobre el origen del lenguaje humano, pero sí tenemos conciencia de que constituye el progreso evolutivo que produjo la especie que llamamos "hombre". Para Anthony Burgess, el hombre es un "animal que habla". El ser humano fue adulto desde la aparición del lenguaje. La simbolización del mundo exterior, incluidos en él nuestros propios cuerpos, fue la clave para crear las palabras interiores, la ciencia y la técnica. "El lenguaje", añade Burgess, "es lo más importante que poseemos".
Lenguas en positivo : Las lenguas no se consideran actualmente como factor de división o como obstáculo para la comunicación intercultural. La diversidad lingüística aparece hoy como la condición esencial para el diálogo entre los pueblos y entre las culturas. Como dice Edouard Glissant, en El Correo de la Unesco, "más allá de las luchas fervientes contra la dominación económica se abre un espacio múltiple donde el vértigo se apodera de nosotros. Pero no se trata del vértigo que precede al Apocalipsis o a la caída de la Torre de Babel, sino del temblor creador frente a lo posible. Porque ahora se puede construir la Torre en todas las lenguas de la Tierra".
(C) A CIENCIA CIERTA - CERIDE