Basura en emergencia |
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Entrevista
con los Dres. Carlos Martín* y Roberto Rodríguez**, de Intec-Ceride
(Conicet), de nuestra ciudad. Sus participaciones en relación con los
residuos sólidos tras el retiro de las aguas.
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¿Cuál
fue la actitud de ustedes ante la emergencia hídrica en nuestra
zona? Pasados los primeros días, comprendimos que al aporte más valioso podíamos hacerlo desde lo nuestro -la ingeniería química y la bioquímica-, como especialistas en residuos sólidos", respondió el Dr. Martín. |
Y agregó
que la basura representa uno de los importantes problemas que dejan como saldo
los grandes desastres -terremotos, inundaciones, etc.-, y que exige una administración
o gestión inmediata, con decisiones aceleradas que casi no dan tiempo
a reflexionar o a planificar mucho; se tiene que actuar sobre la "basura
en emergencia", más aún cuando no hay plan de contingencia.
"Por iniciativa propia", expresó el Dr. Rodriguez, "decidimos
ponernos en contacto con funcionarios de la Secretaría de Medio Ambiente
y Desarrollo Sustentable de la provincia, ya que éste era un ámbito
en el cual podíamos colaborar. Participamos así en el Comité
de Emergencia Ambiental (CEA) para asesorar a la Municipalidad, la que, legalmente,
debe decidir sobre la basura. Al CEA también se incorporaron otras instituciones
tales como la Universidad Católica de Santa Fe".
Ante
una situación como la vivida, ¿qué debe hacerse en primer
lugar?
"Retirar, sin demoras, la basura de los lugares que resultaron anegados,
a fin de evitar: la proliferación de vectores y, con ello, enfermedades;
la recolección informal descontrolada y el efecto doloroso que provocan,
en las personas afectadas, los restos de sus cosas irrecuperables. Es importante,
además, determinar qué tipo de composición va a tener ese
residuo y establecer prioridades, por ejemplo, para aquellos de rápida
descomposición. Cabe señalar que una primera estimación
arrojaba cifras cercanas a las 50 mil toneladas, bastante más de lo que
se recoge en un año en nuestra ciudad, de manera tal que decidir dónde
depositarla no era tarea sencilla. Considerando que Santa Fe cuenta con un relleno
sanitario, ése era el lugar más apropiado, pero debido a la distancia,
al estado del camino y a la propia operatoria del relleno, la recolección
en los barrios iba a llevar mucho tiempo aun disponiendo de todas las palas
mecánicas y camiones posibles", explicó Martín.
Eso creaba
una situación muy inestable, ¿verdad?
"Totalmente; el depender del estado del acceso al relleno se transformó
en el punto vulnerable, colapsando a los pocos días y debiendo suspenderse
toda la recolección", recuerda el investigador. Y continúa:
"Ya días antes se proponía establecer una estación
de transferencia, que es una instalación donde se puede manipular, acopiar
temporalmente y organizar el traslado de la basura al relleno. Esta estación
debe ser un sitio vigilado, alejado de las casas, de difícil acceso y,
preferentemente, con piso de material. Recordemos lo que era la ciudad y su
entorno en esos días y entenderemos que, con esas características,
no se encontraban lugares aptos, hasta que se logró la autorización
de Vialidad para depositar los residuos -momentáneamente- en la calzada
de la Avenida de Circunvalación Oeste. Con esta nueva modalidad se pasó
de 1000 a 1500 toneladas recogidas por día, los tiempos previstos disminuyeron
y, hoy, casi no hay basura en los barrios que estuvieron anegados. Es obvio
que se debe comenzar una etapa de limpieza fina, de erradicación de mini
basurales, etc., pero podemos decir que lo más preocupante ya está
solucionado. El gran mérito de todo esto recae sobre el Ing. Carlos Brema,
funcionario de la Municipalidad, que atendió la emergencia y fue quien,
realmente, estuvo "al pie del cañón". Nosotros sólo
colaboramos dentro de nuestras posibilidades", puntualizó.
¿Qué
alternativas de tratamiento o procesamiento existían para los residuos?
"Se hicieron", continúa Martín, "con buena voluntad,
algunas propuestas tales como quemarlos, lo cual no está mal en tanto
sea en hornos controlados -se deben controlar los gases producidos para no añadir
contaminación al ambiente atmosférico-. Pero, en la situación,
era impracticable. Otra propuesta, de una empresa, fue la de depositar la basura
en barcazas, en el puerto local, y trasladarla a una isla; una idea, cuanto
menos, "alocada". ¿Por qué? Debido a que la Municipalidad
continuaría siendo responsable del residuo, ahora depositado en el valle
de inundación del río, en un lugar inestable, sin ningún
tipo de control de lixiviados (líquidos que se generan) ni de impermeabilización.
Todo esto con un costo muy elevado; un negocio que, atinadamente, la Municipalidad
rechazó".
¿Qué
situaciones pueden derivarse todavía?
"Es crítica la eliminación de mini basurales, que son los
sitios donde los vectores portadores de enfermedades pueden establecerse, pero
no podemos olvidar la situación previa a la catástrofe y la realidad
social empobrecida en que vivimos. Seguramente, éste es el momento de
implementar una política distinta al respecto, por ejemplo, con un programa
de separación de residuos". "Otro punto importante es monitorear
las condiciones en el relleno sanitario, debido al gran volumen y a la composición
del residuo depositado, diferente a la típica. No es complicado hacerlo;
sólo debe procederse seriamente y con continuidad", coincidieron.
¿A
qué aluden con "política distinta" en relación
con los mini basurales?
"A que se debe establecer una verdadera gestión integral de residuos
como proyecto de la ciudad, con continuidad, y que se prolongue más allá
de la administración política de turno. Pero estimamos que este
tema amerita otra nota", concluyeron.
(*)
Investigador del Conicet y Titular de la Cátedra de Residuos Sólidos
de la FICH (UNL). (**) Bioquímico, profesional del Conicet y Especialista
en Gestión Ambiental (Universidad Politécnica de Madrid; España).
Entrevistó: Lic. Enrique A. Rabe (ACS/Ceride).
© INTEC - CERIDE
publicado
el 7 de junio de 2003
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