El insecto más pequeño que existe, una clase de avispa, tiene una
longitud de una quinta parte de un milímetro, y a pesar de ello la
naturaleza se las compuso para meter los músculos que mueven
innumerables articulaciones, el intestino y los riñones, órganos
respiratorios, un sistema nervioso, glándulas germinativas, ojos,
órganos olfativos y muchas otras cosas. Ninguna obra maestra de la
técnica humana alcanza, por su constitución o por sus funciones, la
perfección de este pequeñísimo fragmento de materia viva.
(C) CERIDE - A CIENCIA CIERTA -
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