Así lo expresó
el historiador José Carlos Chiaramonte*, quien investiga en la
formación de los Estados argentinos e iberoamericanos.
¿Es
su primera visita a Santa Fe?
No, he estado aquí muchas veces. He sido docente y he tenido muchos
amigos.
¿Cuál
es su línea de investigación?
La formación de los Estados en el Río de la Plata y en Iberoamérica.
Al decir “Estados” no me refiero sólo a Estados Nacionales sino
también a los Provinciales, a los que surgen después de
las independencias, especialmente en lo que es hoy nuestro país
y que se consideraban, o pretendían serlo, “soberanos” e independientes,
antes de la organización nacional en 1853. En la “Historia de América
Latina”, publicada por Unesco, en
el tomo IV hay dos trabajos míos sobre la formación de los
poderes regionales, en los que demuestro que no son regionales sino que,
en la mayoría de los casos, son poderes locales, de ciudades o
provincias, que eran entidades autónomas y soberanas.
La enseñanza
de la Historia en la educación formal, ¿ocupa el lugar que
debe tener?
No me parece que la Historia esté disminuida. Sí estimo
que está muy complicada por problemas tales como el continuo incremento
del conocimiento histórico que viene teniendo lugar desde los años
’50. Entonces, el gran dilema es cómo dar cabida a ese enorme caudal.
Por ejemplo, ¿habrá que suprimir la historia egipcia? Espero
que no. El problema es muy complejo. Por lo que veo en las universidades,
la Historia tiene un buen lugar. Por otra parte, a veces, está
mezclada con otras disciplinas.
¿Cuánto
contribuyen a la divulgación histórica autores como Felipe
Pigna?
La divulgación científica es una actividad de enorme importancia
para la ciencia y para la sociedad, a tal punto que la Unesco
instituyó el Premio “Kalinga” de Divulgación Científica,
y en la primera edición se lo otorgó a Bertrand Russel,
uno de los mejores filósofos y matemáticos del siglo XX,
como para decir “la divulgación científica tiene la dignidad
que este premio demuestra”. Pero hacer buena divulgación es difícil
y caro. Y acá las editoriales, que deberían divulgar, no
están dispuestas a pagar los costos que esto demanda. De modo que,
en general, la divulgación histórica está en manos
de gente muy improvisada, que se ve llevada a satisfacer el “gusto del
público” (con frecuencia más interesado en saber qué
amantes tenían Sarmiento o Belgrano, en vez de enterarse de los
verdaderos problemas que enfrentaban). Ese tipo de interés puede
ser legítimo, pero no es lo que debe regir una buena divulgación,
la que, generalmente, no se hace con los requisitos con que debería
hacerse. Hoy, lo que abunda en la industria editorial son las biografías
noveladas, más bien obras de ficción, y en su mayoría
de no muy buena calidad literaria, pero la gente las toma como obras de
Historia, y el problema es que, a veces, los autores no se empeñan
mucho en aclararlo.
¿Cuáles
han sido sus aportes más importantes?
Algunos trabajos relativos a la cultura de la Ilustración (siglo
XVIII), a la formación de los Estados Nacionales y Provinciales,
e inclusive al surgimiento de las ciudades como entidades estatales soberanas,
en el primer momento de las independencias. Y últimamente, una
investigación comparativa sobre algunos de los fundamentos intelectuales
de las independencias latinoamericanas y norteamericana, sobre todo, la
influencia que tenía en la ciencia política y en el pensamiento
cotidiano el Derecho Natural y de Gentes, un hecho olvidado en la historiografía
latinoamericana, no así en la norteamericana.
La Historia, ¿tiene
algo que enseñarnos para el presente y para el futuro?
A veces dudo de eso. Sin embargo, creo que un buen desarrollo de los estudios
históricos facilita la reflexión sobre la naturaleza de
las relaciones sociales; y esto puede ser útil para después
interpretar el presente.
(*) Director del Instituto
de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani” –Facultad
de Filosofía y Letras, UBA-;
Investigador Superior del Conicet.
El 7 de junio pasado dictó una conferencia con motivo del 70°
Aniversario de la Junta de Estudios Históricos de la Pcia. de Santa
Fe. Concurrió al Ceride
/ Parque Tecnológico del Litoral Centro (PTLC)
en compañía de la Prof. Sonia Tedeschi, donde se reunió
con el Ing. Eduardo Vidal, gerente de la institución.
Entrevistó:
Lic. Enrique A. Rabe (ACS
/ Ceride - Conicet).
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