PASADO Y PRESENTE DE LAS DROGAS (II)
Para combatir a un enemigo es necesario poder reconocerlo como tal. El peligro que representa la droga para la Humanidad ha sido admitido como cierto en épocas relativamente recientes. Así, a lo largo de los siglos, la óptica ha venido cambiando, por lo que resulta interesante historiar este proceso -aunque más no sea en forma somera- hasta nuestros días.
En la Edad Media En este período (siglos V al XV, aproximadamente) ya se menciona el uso de cannabis (marihuana). Las "brujas" de Europa usaron los preparados de ella en los ungüentos que se aplicaban antes de los aquelarres. Por otra parte, los relatos contenidos en las "Mil y Una Noches" est n saturados del aroma del hachís. La historia de los asesinos -término derivado de "haschischins": bebedor de hachís- muestra lo que puede suceder cuando se usa con objetivos criminales.
En el siglo XVIII, opio desde la cuna: En Gran Bretaña, con el advenimiento de la Revolución Industrial, se detectó -por primera vez, al parecer- una extendida adicción al "láudano", polvo de opio diluido en alcohol que era consumido por los obreros para poder trabajar durante largas y agotadoras jornadas. También los padres de familia calmaban con láudano a sus hijos cuando se iban a trabajar. El uso del opio comenzaba en la cuna, y muchas de las más populares bebidas cordiales (confortantes), para combatir la enfermedad y la ansiedad, que se les administraban a los niños contenían una fuerte base de opio, siendo uno de los más usados y potentes el "Almíbar calmante de la Madre Bailey". Conforme el niño se iba haciendo adulto se pasaba a la "Píldora pacífica del doctor Bate" o a la "Melaza de Venecia", que eran aún más tóxicos.
En el 1800: Por la emergencia de una pauta constante comienza lo que se ha dado en llamar la fase "moderna" de la droga. Es la época de los poetas románticos. Se crea en París, ciudad cúspide de la bohemia, en 1840, el famoso "Club del Haschisch". Gautier, uno de los miembros fundadores del club, dice que "la moda era estar pálido y tener un color verdoso; estar abatido por los arrebatos de la pasión y el remordimiento, y hablar de manera triste y fantasiosa sobre la muerte". Estos poetas estaban interesados, además, en saber de qué manera y por qué el estímulo de la droga podía afectar la obra de un escritor. El clima social en el que se desenvolvían les permitía adquirir las drogas -láudano, opio, hachís-, muy fácilmente, en cualquier farmacia o botica. Son muchos los escritores que, en sus obras, han hecho referencia a las drogas, y también muchos quienes estaban habituados a ellas. Thomas de Quincey, en su libro "Confesiones de un comedor de opio inglés", fue quien primero mostró tanto los placeres como las miserias que el consumo de drogas trae aparejados.
Ya en nuestro siglo: En la segunda mitad del siglo XX, especialmente a partir de la década del '60, el fenómeno de la droga surge con características propias, adquiriendo una crítica dimensión social. Aparece en esos años un movimiento, cuyo epicentro fue la ciudad de San Francisco (EE.UU. de Norteamérica), que conformó una verdadera rebelión contracultural, teniendo como telón de fondo la guerra de Vietnam: la cultura psicodélica o "Hippie". Integrado fundamentalmente por jóvenes de la clase media estadounidense, este movimiento de negación de los valores sociales tradicionales estimuló y expandió el uso indiscriminado de drogas. El movimiento Hippie descubrió una urdimbre social que trataba de disimular una verdadera situación de crisis: burocracias impersonales, ciudades que desbordan toda posibilidad del individuo de tratar con los demás seres humanos, pautas sociales preconvenidas que impiden un trato personal, un sistema económico que descansa sobre la suposición de que puede crearse un mercado para cada producto nuevo y que nuestro apetito de bienes materiales es de una elasticidad casi infinita.

(C) Prevención de Adicciones; ProCiencia/CONICET-Ministerio de Cultura y Educación de la Nación. CERIDE