Los hombres de ayer y las plantas
Hip�crates, el padre de la Medicina (siglo IV a.C.), cuando sal�a a recolectar hierbas
con sus disc�pulos, les hac�a notar que muchas especies vegetales se agrupaban entre s�
sobre un terreno y no dejaban avanzar a otras. Plat�n, fil�sofo griego (siglo III a.
C.), ya planteaba que los "sistemas cambiantes" no s�lo se daban dentro del
mundo animal sino igualmente en el vegetal, algo as� como que las plantas tambi�n
ten�an personalidad.
Contempor�neamente, los m�dicos de los ej�rcitos de Alejandro Magno (siglo III a. C.),
cuando llegaron a Persia y se encontraron por primera vez con las especies vegetales
c�tricas (naranja, pomelo, mandarina, entre otras), destacaron en sus escritos que, en
las cercan�as de las mismas no crec�a virtualmente ninguna otra especie. En el Reino
Moro de Granada (siglo X), y durante los reinados de Abderram�n III y Alhaqu�n II, en la
escuela de farmacia de Omar-Ben-Yunus, �ste llamaba la atenci�n de sus alumnos, futuros
aggiris (farmac�uticos), sobre el hecho de que hab�a plantas que ten�an m�s fuerza que
otras, y que mediante la observaci�n a trav�s del tiempo se pod�a ver c�mo eliminaban
a sus "competidoras cercanas". Las "fuertes" eran las mejores para
combatir diferentes males.
Entonces, como al comienzo, cabe preguntarse, �es real ese pac�fico mundo de colores,
flores, aromas que nos ofrece todos los d�as la sabia naturaleza?, �o se esconde un
mundo agresivo donde lo que vale es la supervivencia del m�s apto?
En la vida inm�vil est� la causa
El Dr. Lowell Ponte, especialista, dice: "Consideremos la vida desde el punto de
vista de un vegetal: la mayor�a de los seres vivientes puede desplazarse, volar, nadar o
arrastrarse para huir de un peligro o conseguir alimento; en cambio, las plantas est�n
arraigadas en un solo sitio. Esto ha llevado a los vegetales, para sobrevivir y crecer, a
desarrollar un maravilloso arsenal de elementos y posibilidades, como ser: espinas,
frutos, flores de atractivos colores, aromas intensos, hojas, tallos y ra�ces de variadas
caracter�sticas, y una gran gama de compuestos qu�micos para el ataque y la defensa.
As�, a fines de los a�os '70, y con la necesidad de detener el uso indiscriminado de los
"defensivos agr�colas" (pesticidas, fungicidas), aparecen los cultivos
ecol�gicos y comienza a estudiarse con m�s profundidad la relaci�n de las plantas con
el medio. Empieza a desarrollarse entonces una ciencia llamada Alelopat�a*, basada en el
estudio de c�mo utilizan las plantas ciertos compuestos qu�micos para sobrevivir en el
mundo vegetal y animal.
Con el correr de los a�os se ha ido descubriendo que las guerras que se desarrollan para
sobrevivir son muy complejas y refinadas, utilizando para ello armas qu�micas secretas y
extra�as alianzas.
Las fitotoxinas
Entre las sustancias que las plantas utilizan para sobrevivir se destacan las fitotoxinas
(o venenos vegetales). Al respecto, las savias de la Cicuta, del Curare y de la Adelfa son
tan t�xicas que un animal podr�a morir con s�lo comer algunas hojas. Por otra parte,
debajo de las "playeras" Palmeras es muy raro que florezca alguna planta, o que
haya nidos de p�jaros, debido a que sus hojas producen Lantiamida, poderoso
desinfectante; en tanto, el inofensivo y hermoso Nogal exuda de sus ra�ces la Yuglona,
fitotoxina que inhibe el crecimiento de muchos vegetales, entre otros, el tomate y la
papa. Igualmente, a la sombra frondosa de los Eucaliptus que a�n podemos observar en las
estaciones de ferrocarril, o en forestaciones programadas, casi nada puede crecer, porque
de sus hojas gotean sustancias que contienen Flavocianinas, para muchas especies un veneno
mortal. No obstante ello, en Australia, de donde proviene este �rbol, muchas plantas se
han adaptado a lo largo de miles de a�os y han aprendido a prosperar bajo sus ramas.
El sauce, el aliso, el roble
El Ing. Elroy Rice, de la Universidad de Oklahoma, y el zo�logo David Rhades, de la
Universidad de Washington (ambas estadounidenses), han investigado y estudiado muchos de
estos fen�menos alelop�ticos, entre ellos c�mo el sauce, el aliso y el roble, cuando
son atacados por gusanos, modifican sus sistemas qu�micos y env�an m�s tanino a sus
hojas y tejidos para detener a los hambrientos depredadores.
Nuestro trabajo de campo y laboratorio
Durante a�os, en el marco de las investigaciones cient�ficas que se desarrollan en el
Programa de Plantas Arom�ticas y Medicinales (Ppam), hemos venido estudiando, entre
otras, la domesticaci�n y siembra de la Carqueja, planta muy com�n en nuestro Litoral, y
usada como hepatoprotector, y encontramos que, para poder reproducirse en grandes
cantidades necesita de 300 a 400 horas de fr�o y que, adem�s, es conveniente que en los
aleda�os haya plantas de Chilca.
Por otra parte, dentro de los invern�culos donde se reproducen plantas arom�ticas y
medicinales, siempre hemos colocado Cal�ndulas y Helicrisum, con excelentes resultados
reproductivos y de asepsia. �Por qu�?, debido a que las Cal�ndulas exudan Terpenos que
matan a muchos par�sitos del suelo, y los Helicrisum, con su permanente aroma, mantienen
"a raya" a muchos insectos voladores.
Esto nos ha llevado a postular que se deben investigar m�s profundamente "las ligas
defensivas de las plantas" -y con ello el problema que traen aparejado los
monocultivos-, lo cual nos permite reconocer la existencia de un "asociativismo de
las especies vegetales" para: propiciar sus defensas qu�micas, ocultarse unas de
otras para protecci�n, compartir nutrientes, modificar los h�bitats y compatibilizar la
coexistencia de diversas especies.
Y terminamos con una frase del Dr. Ponte: "aunque no es tan apacible como
imagin�bamos, la jungla verde implica la vida en equilibrio del sistema vegetal. As� ha
ocurrido durante mil millones de a�os o m�s, y ahora los cient�ficos est�n empezando a
comprender que el equilibrio establecido por la Naturaleza en estas luchas se acerca mucho
m�s al Ed�n que los desequilibrios debidos a los defensivos agr�colas (pesticidas,
fungicidas, bactericidas) -aplicados en forma indiscriminada, causantes de los exterminios
masivos- y a otras vanidades del hombre".
(*) Alelo: del griego alelas, sorprendido, expectante; patia: del griego pathein, sentir.
Por: Ing. Heriberto Elder - PPAM (Convenio Magic-Conicet-UNL).
Adaptaci�n: Lic. Enrique A. Rabe -Area de Comunicaci�n Social del Centro Regional de
Investigaci�n y Desarrollo de Santa Fe (Ceride/Conicet)-.
� MAGIC - CONICET - UNL - CERIDE