ELEFANTES MARINOS EN PENINSULA VALDÉS (*)
Por las características de su paisaje y por su biodiversidad, la Península Valdés (PV) y los Golfos Nordpatagónicos son espacios naturales singulares. Todos los años la ballena franca austral llega a sus aguas para reproducirse. También pueden observarse otros cet ceos (orcas y delfines), y en sus costas hay, adem s, apostaderos de reproducción de mamíferos marinos y colonias de nidificación de aves marinas, por lo que la PV se ha convertido en un atractivo natural para el "turismo ecológico". Empero, mucho antes de que los turistas la "descubrieran", PV ya era punto de cita de animales de procedencias distintas, mas con un propósito común: reproducirse y amamantar a sus crías durante los primeros meses de vida, como, por ejemplo, lo hacen los elefantes marinos.
Una vida entre el mar y la tierra: El ciclo de vida de los elefantes marinos se desarrolla parte en tierra y parte en el mar: comprende dos etapas terrestres de ayuno, dedicadas a la reproducción (setiembre-octubre) y a la muda (diciembre a febrero), y dos etapas en el mar (pel gicas), que se producen después de las anteriores. Anualmente, a fines de agosto, luego de permanecer en el mar durante 7 u 8 meses consecutivos en busca de alimento, comienzan a llegar los primeros machos y hembras a la PV. Los científicos que los estudian esperan todos los años a sus animales, y los identifican con nombres, como el pastor a su rebaño: Princesa, Clara, Carolina, Gaucho, Luca, Super... En esta fecha se inicia la etapa reproductiva que durar dos meses coincidiendo con la primavera, siendo el mejor momento para observar las actividades de los elefantes marinos en tierra.
Finalizado el período reproductivo, hembras y machos adultos van al mar para alimentarse; dos meses m s tarde regresan a la costa y permanecen aproximadamente un mes para mudar su piel (cambian la piel de todo el cuerpo).
Habitantes del lejano sur: La población mundial del elefante marino del Sur, "Mirounga leonina", alcanza unos 664.000 animales (con una producción anual estimada en 190.000 crías) distribuidos alrededor de la Convergencia Ant rtica (ver mapa). En las Is. Georgias se ubica la mayor concentración de elefantes marinos del mundo: alrededor de 350.000 animales producen anualmente 100.000 crías. A esta agrupación también pertenecen sus congéneres de las Is. Malvinas, de Shetland del Sur y de PV, siendo esta última una de las agrupaciones m s septentrionales y la cuarta del mundo por la cantidad de crías producidas por año. Los elefantes marinos del Sur ocupan todo el frente marítimo de la PV, desde Punta Buenos Aires hasta Morro Nuevo, y un rea continental desde Punta Ninfas hasta Punta León. No es común observar animales dentro de los golfos.
Una población que aumenta: Esta agrupación comenzó a estudiarse en la década del '70, a través de investigadores del Centro Nacional Patagónico (CENPAT-CONICET), de Puerto Madryn (Chubut). Los estudios demogr ficos realizados hasta hoy han demostrado un incremento marcado en el número de animales que han arribado a PV en los últimos 20 años, mientras que en algunas colonias, como las Islas Georgias, el número de elefantes se ha mantenido estable y en otras, como la de las islas Kerguelen y Macquarie, han presentado una disminución llegando esta caída poblacional, en algunos casos, hasta el 50% en menos de 40 años. En la temporada reproductiva de 1997 la población de PV se estimó en 42.000 animales. La producción de crías aumentó de 7500 individuos (1982) a 12.000 durante la última temporada.
Una pareja muy despareja: Un macho adulto de elefante marino se diferencia de las hembras por su tamaño y por su trompa (probóscis o probóscide). Puede llegar a pesar hasta ocho veces m s que una hembra. Mide entre 4,3 y 5 m y pesa entre 2000 y 3000 kilos, mientras que la hembra mide 3 m y pesa 500 kilos. Cada hembra pare sólo una cría por año. Y parecería que las hembras, que por lo general est n preñadas del año anterior, calcularan el arribo a esta "gran maternidad": el 5ø o 6ø día posterior a su llegada nace la cría. Durante el período de lactancia, que dura tres semanas, cada hembra permanece junto a su cachorro, y ayuna llegando a perder hasta 10 kg diarios de su peso. La tercera semana después del parto se producen los apareamientos, y luego de unos días m s desteta a su cría. El sistema de apareamiento es poligínico: el macho copula con muchas hembras, manteniendo entre ellos una jerarquía. Por lo general, el macho no monta a la hembra durante el apareamiento sino que permanece casi inmóvil al costado de ésta, reteniéndola cerca de su cuerpo con una de sus aletas pectorales.
La diferencia entre machos y hembras no sólo se manifiesta en el tamaño que alcanza cada sexo sino en los intereses que los convocan durante la temporada reproductiva: una hembra tendr como meta principal parir a su cría, protegerla durante la lactancia y procurar que ésta aumente su peso antes del destete. Los machos, en cambio, tienen como único objetivo copular con la mayor cantidad de hembras posible.
La sexualidad y el poder son dos elementos que determinan comportamientos especiales en los harenes. Los machos dominantes defienden los harenes, advirtiendo con sonidos característicos a los machos subordinados. Si el macho amenazado no se retira a tiempo, se producen luchas encarnizadas, d ndose mordiscos y fuertes golpes con el cuello y el pecho. Estas peleas suelen dejar grandes cicatrices en el cuello, la cara y el dorso de los machos vencidos.
Investigaciones actuales: Los investigadores que se dedican al estudio de estos animales en la Argentina desarrollan sus trabajos en PV desde que eran becarios del CONICET**. Actualmente forman un grupo de trabajo consolidado, compartiendo proyectos de investigación con grupos de otros países. Estas conexiones les permiten utilizar tecnología sofisticada para avanzar en la comprensión de distintos temas que contribuir n a la conservación de estos mamíferos.
Agradecimientos: a los Dres. Mirtha Lewis y Claudio Campagna (bibliografía y sugerencias); a Ma. Marín (elaboración mapas).
Obras consultadas: los títulos pueden solicitarse al CERIDE.
(*) Por Teresita Fernández, Profesional Adjunto CENPAT- CONICET. Transferencia Educativa del CENPAT. (**)Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
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