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La energía atómica se utiliza para control de plagas, modificación genética de semillas y conservación de alimentos, entre otros usos industriales y científicos.
Para controlar,
modificar y conservar * Modificación genética de semillas: la irradiación aplicada a semillas permite cambiar la información genética de ciertas variedades de plantas y vegetales de consumo humano. La técnica permite la obtención de nuevas variedades que aumentan su resistencia y productividad. * Conservación de alimentos: las radiaciones se utilizan en muchos países para aumentar el período de conservación de los alimentos. Es importante señalar que la técnica de irradiación no genera efectos secundarios en la salud humana, siendo capaz de reducir en forma considerable el número de organismos y microorganismos patógenos (causantes de enfermedades) presentes en variados alimentos de consumo masivo. Esta técnica tiene diversos beneficios: libra al alimento de microorganismos nocivos sin introducir sustancias extrañas ni hacer que el producto pierda su calidad de fresco; reduce o evita el empleo de fumigantes y conservadores químicos, con lo cual se ahorra dinero y se disminuye el consumo de sustancias de posible acción tóxica; es una alternativa para la preservación de alimentos con componentes termosensibles; prolonga el tiempo de comercialización, posibilitando alcanzar mercados internos y externos más lejanos. Luego, de acuerdo con la cantidad de energía irradiada, se pueden lograr distintos efectos: en un rango creciente de dosis, es posible inhibir el brote de bulbos, tubérculos y raíces (papas sin brotes durante 9 meses a temperatura ambiente); esterilizar insectos como la "mosca del Mediterráneo" para evitar su propagación a áreas libres; esterilizar parásitos, como el Trichinella spiralis, en carne de cerdo, interrumpiendo su ciclo vital en el hombre e impidiendo la enfermedad (triquinosis); retardar la maduración de frutas tropicales como banana, papaya y mango (en general, tanto en este caso como en los siguientes, la vida útil se duplica o triplica), y demorar la senescencia (envejecimiento) de champiñones y espárragos; prolongar el tiempo de comercialización de, por ejemplo, carnes frescas y "frutas finas", por reducción de la contaminación microbiana total; eliminar microorganismos tales como salmonella en pollo y huevos. En el mundo y en
nuestro país ![]() Selección y adaptación: Lic. Enrique A. Rabe (ACS / Ceride - Conicet). |
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Publicado el 25 de junio de 2005
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