Investigaciones fitolíticas: sus perspectivas en la ciencia argentina

Si bien los primeros estudios fitolíticos datan de 1804, no es raro encontrarnos en los ámbitos académicos con la pregunta: ¿qué es un fitolito?

Para comenzar, la definición
Un fitolito, de acuerdo a la definición que dio F. Ehrenberg (1854) para biolito, es todo cuerpo mineralizado integrante de tejidos orgánicos que son producidos por sustancias ergásticas (resultantes del metabolismo); en particular, los "fitolitos son biolitos de origen vegetal, de tamaño microscópico y naturaleza química preferentemente silícea o cálcica".
Desde los primeros artículos científicos del 1800, la historia de los estudios fitolíticos se encuentra relacionada con otras disciplinas. Si bien Ehrenberg (1843) inició estos estudios analizando distintos tipos de sedimentos, fueron los botánicos quienes se ocuparon de describir los fitolitos en sus estudios anatómicos. Posteriormente, los edafólogos (especialistas en suelos) descubrieron la importancia que tenía la presencia de fitolitos y los usaron como herramienta para establecer la evolución de los perfiles de suelo. En esta línea de investigación, los fitolitos se utilizaron para el estudio de depósitos de lagunas, lagos y ríos. Recientemente, la Fitolitología ha tenido su gran impulso debido a su aplicación en estudios arqueológicos o etnobotánicos, a punto tal de ser considerada una disciplina en sí misma.

Los estudios fitolíticos y sus aplicaciones
Los fitolitos son pequeñas porciones de los vegetales, que, en su conjunto, pueden hacer alusión a la planta que los originó; si bien esto, para los estudios botánicos, representa una parte más de la tarea descriptiva, adquiere mayor importancia al momento de estudiarlos en sentido inverso, vale decir, cuando al hallar los fitolitos en forma dispersa se puede inferir qué tipo de vegetal les dio origen. Este "camino inverso" es el que se aplica para estudiar los fitolitos presentes en sedimentos del pasado geológico como así también del pasado más cercano.
La rama de la Paleontología que estudia los vegetales que vivieron en el pasado se denomina Paleobotánica, y permite conocer las características de los mismos y aplicarlas en el conocimiento de las paleocomunidades (las condiciones del medio ambiente en que se desarrollaron; los condicionantes que presentaban el clima, el suelo, y el resto del ecosistema donde habitaban). Los fitolitos son una valiosa herramienta en este sentido, y, juntamente con el análisis de los restos polínicos (polen), constituyen las principales vías de conocimiento que poseen los paleobotánicos.

Para saber más sobre la evolución vegetal
Los análisis fitolíticos (AF) también permiten estudiar la evolución de la vegetación actual, y esto se vincula a una de las aplicaciones de mayor crecimiento en los últimos años: la Arqueología o Etnobotánica. El estudio de los distintos depósitos de asentamientos humanos posibilita establecer el tipo de ecosistema en que se desarrollaron los habitantes del asentamiento, pero lo más importante es que permite llegar a determinar la relación que tenía la comunidad con su ecosistema, medios de vida, costumbres y otras actividades cotidianas. En estas investigaciones, los fitolitos abren un caudal de información para el etnobotánico que complementa el presentado por la palinología (estudio del polen).
Los AF en edafología aportan información acerca de la evolbre los suelos, las condiciones climáticas, la vegetación y los distintos episodios o secuencia de eventos en la génesis de los suelos. Similar metodología puede utilizarse en el estudio de sedimentos de lagos y lagunas para saber sobre la evolución de tales cuerpos de agua.

Los primeros estudios en nuestro país
Ya en 1843, el mismo Ehrenberg determinó los fitolitos de muestras de sedimentos recogidas en la Patagonia y en Tierra del Fuego. También estudió distintas muestras recolectadas por C. Darwin, tales como un fino sedimento blanco que los indígenas utilizaban como pigmento, muestras de limo de los lechos inferiores de las barrancas de Monte Hermoso, limos adheridos a restos fósiles de mamíferos de las barrancas de Punta Alta (Bahía Blanca), y muestras de limos extraídos de un diente de Mastodonte hallado en las barrancas del río Carcaraná (Santa Fe).
Muchas de estas determinaciones permitieron a Darwin sostener su hipótesis del origen estuárico de los sedimentos pampeanos. Pero tuvo que pasar cerca de un siglo para que se continuaran los AF en la Argentina. Fue el Dr. Joaquín Frenguelli quien, en 1930, llamó la atención sobre el valor de estos estudios, y luego se ocupó de convencer a la comunidad científica nacional de la necesidad de incrementar los conocimientos de estos microfósiles. En su prédica, el Dr. Frenguelli tuvo contacto con quien sería la más prolífica investigadora científica argentina en esta disciplina, y marcaría las pautas de estudio que actualmente se siguen: la Dra. Hetty Bertoldi de Pomar (B. de P.). Ella, en su minuciosa tarea de investigación, reunió conocimientos geológicos, edafológicos, limnológicos y botánicos a fin de lograr una exacta determinación e interpretación de los fitolitos.
Como resultado, puede decirse que los análisis fitolíticos en la Argentina, a nivel de especialidad, comenzaron entre los años 1970 a 1985, siendo B. de P. quien realiza un acabado estudio de los fitolitos tanto en sus estados dispersos en sedimentos como en lo que se refiere a su origen botánico, integrando los conocimientos anatómicos y fisiológicos del sílice en los vegetales. Esta autora influiría también en otros investigadores de la época que aplicarían estos conocimientos en el estudio sedimentario y petrográfico.

En la década del ’90
Los trabajos citados serían las bases para que, desde 1990, se desarrollaran las actuales líneas de investigación. Todas ellas, con las innovaciones metodológicas incorporadas en años recientes, se caracterizan por la interdisciplinariedad, valor que impuso B. de P. Muchos de los obstáculos que ha tenido la Fitolitología a nivel mundial provienen del desarrollo de líneas de investigación paralelas que, aun con el mismo objeto de estudio, difieren en metodologías, terminologías y, en algunos casos, hasta en las conclusiones.

Investigaciones fitolíticas en Diamante (E.R.)
Recientemente, en el Centro de Investigaciones Científicas y de Transferencia de Tecnología a la Producción (CICyTTP-Conicet), de Diamante, se celebró el Primer Encuentro Argentino de Investigaciones Fitolíticas "Dr. J. Frenguelli". En él se reunieron investigadores de diferentes especialidades de nuestro país y del Uruguay, tales como ecólogos, botánicos, paleobotánicos, edafólogos, sedimentólogos, limnólogos, arqueólogos, ratificando así el carácter interdisciplinario de estos estudios. La investigación fitolítica se ha hecho independiente de la paleontología y la botánica, y ha encontrado campo de aplicación en la arqueología, los análisis forenses, la ecología, la bromatología, la edafología, entre otras áreas en las que se está comenzando a utilizar.

por Alejandro F. Zucol; Laboratorio de Paleobotánica del CICyTTP. Dr. Materi y España (3105) Diamante (E. Ríos). E-mail: cidzucol@infoshopdte.com.ar , website: www.ceride.gov.ar/gefacs

Adaptación: Lic. Enrique A. Rabe -Area de Comunicación Social del Centro Regional de Investigación y Desarrollo de Santa Fe (Ceride-Conicet)-.

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