Las estrellas están agrupadas en galaxias, y éstas en racimos. Las
observaciones de Hubble mostraron que estos grupos de galaxias se
alejan unos de otros a una velocidad media de unos 30 km./seg. por
cada millón de años luz de separación actual entre ellos.
¨Se expandirá el Universo eternamente -se preguntan los científicos-
o existe materia suficiente en él para que, debido a la atracción
gravitatoria por ella generada, al final se colapse bajo su propio peso?
Para Frank Close, la primera posibilidad nos brindaría un futuro
deprimente: la materia desaparecerá y el Universo terminará en forma
de radiación fría en expansión. Pero hoy existe la creciente sospecha
de que la segunda posibilidad, el colapso, sea una eventualidad más
probable y que los agentes "responsables" puedan ser los neutrinos.
En la bola de fuego original, los neutrinos podrían haberse producido
tan abundantemente como los fotones y pudiera ocurrir que el
Universo tuviera al menos el doble de la masa que normalmente se le
atribuye, lo que sería suficiente para generar un colapso gravitatorio
final.
Más cerca de nosotros, lo que sí sabemos con seguridad es que las
estrellas como el Sol nacen y mueren, ¨pero de qué modo? Como
sigue: cuando una estrella está próxima al tamaño del sol agota su
combustible de hidrógeno, crece hasta alcanzar el tamaño de una
"gigante roja" y después, poco a poco, se contrae hasta las
dimensiones de una "enana negra", a menos que sea ingerida por un
agujero negro.
Cuando una estrella alcanza un tamaño mayor que nuestro sol, es
probable que estalle en una "supernova"; después, parte de su masa
disminuye instantáneamente hasta un tamaño menor que el de la Tierra
y con una densidad tan grande que su fuerza gravitatoria supera a la
fuerza electromagnética oponente; su estructura se desintegra para
convertirse en una estrella de neutrones de rotación rápida.
Finalmente, cuando una estrella es mucho más grande que el Sol, se
cree que expira así: una vez completa su implosión ni siquiera los
neutrones pueden soportar la enorme compresión gravitatoria. Todas
las partículas quedan completamente destruídas y las leyes de la física
dejan de tener sentido.
Nuestro problema es el Sol, una estructura nada tranquila. La
gravedad ha comprimido la Tierra todo lo posible, y así permanecería
indefinidamente...si dependiera sólo de ella.
El Sol, por el contrario, es enorme y su gravitación es capaz de
colapsarlo y reducirlo mucho. Puede continuar generando calor
durante más de 10 mil millones de años, por lo que a la humanidad le
queda bastante tiempo...
El final de la Tierra puede tener varios orígenes, entre ellos la acción
humana. El más inmediato y actual es el cambio climático, que no
sabemos todavía si desembocará en una nueva era glacial o en un gran
recalentamiento de la atmósfera.
Otro riesgo, del que se está
empezando a tomar conciencia, es la fragilidad del planeta. Nuestra
existencia depende de la conservación del equilibrio biológico natural.
Una pequeña mutación en un microorganismo desconocido, una
experiencia de laboratorio con efectos no deseados y que se
descontrolan, una manipulación genética perversa o inevitable, una
pequeña alteración de la composición química del aire, una erupción
en el Sol o cualquier otro trastorno menor, ya no necesariamente de
carácter cósmico, podría barrer la humanidad.
Isaac Asimov se pregunta cómo será el final de la Tierra.
Supongamos, escribe, que no va a sobrevenir una catástrofe nuclear;
que somos capaces de resolver todos los problemas que hoy nos
afligen y que aprendemos a perfeccionar el cuerpo y la mente humana,
y devenimos en seres más fuertes, más sanos y más inteligentes.
¨Podremos seguir progresando sin límite? ¨Podremos seguir
evolucionando y mejorando nuestro amado planeta, hasta llegar al
perpetuo Edén? Desgraciadamente, no.
Ya lo había advertido Norbert Wiener: al darnos cuenta del limitado
margen de condiciones físicas en las cuales pueden ocurrir las
reacciones necesarias para la vida, comprendemos que este feliz
"accidente" debe tener un fin completo y desastroso y, en un sentido
muy real, puede decirse que somos náufragos a la deriva en un planeta
condenado.
Para Teilhard de Chardin el fin del mundo es inimaginable, pero se
resistía a creer que pudiera ocurrir por un cataclismo sideral, ni por
degradación de la energía, ni por disgregación biológica. Rupturas,
enfermedades, decrepitud, tales como son la muerte del hombre, serán
la muerte de la humanidad.
Por supuesto, quedan todavía muchas preguntas, las más decisivas.
Pero aunque los científicos discuten sobre los detalles del comienzo
del Universo, parece haberse alcanzado un cierto consenso sobre el
fin. Y los físicos piensan que hay básicamente dos finales: el fuego o
el hielo.
(C) CERIDE - A CIENCIA CIERTA -
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