Se
trata de la microextracción en fase sólida, la que en conjunción con cromatografía
gaseosa se utiliza para detectar sustancias contaminantes -entre otros,
los trihalometanos- en el líquido vital que llega a nuestros domicilios.
En esta técnica trabajan Juan Carlos Andini* y Eduardo Gabriel Vidal**,
del Area de Cromatografía del Servicio Centralizado de Grandes Instrumentos
(Secegrin)
del Ceride***.
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¿Por
qué se trabaja sobre contaminantes?; ¿cómo se explica la microextracción...?
J.A.: Los contaminantes son sustancias que pueden afectar la salud
humana, aunque estén presentes en cantidades muy pequeñas (trazas),
difíciles de ser detectadas directamente por el instrumental analítico.
La forma común de hacerlo implica tediosas preparaciones de las muestras
para "concentrarlos". Por ello, la microextracción en fase
sólida (SPME) es una técnica que permite, mediante un pequeño
y práctico dispositivo, retener sobre sí los contaminantes e introducirlos
dentro de un cromatógrafo, donde podrán ser "vistos" (detectados).
De paso, se elimina la utilización de solventes, que también son nocivos
para la salud. |
¿En qué la aplican
ustedes?
E.V.: Para determinar en el agua (potable, o no) la presencia de compuestos
contaminantes, entre ellos los trihalometanos (THM); se trata de una técnica
en la que hemos estado trabajando recientemente.
¿Por qué es necesario
detectar los THM?
E.V.: Porque, en dosis considerables, representan un posible riesgo
de cáncer para el hombre; la detección conlleva al control para que no
excedan ciertos límites ya estipulados en leyes provinciales y nacionales.
¿De qué manera
llegan al agua potable?
J.A.: A través de la cloración, pero debo decir que ésta es parte
necesaria del proceso de potabilización del agua, ya que ayuda a prevenir
importantes afecciones originadas por microorganismos. En segundo término,
los THM son sustancias indeseables que se forman después de estos procesos
de desinfección del líquido, cuando reaccionan las sustancias químicas
que se agregan al agua (el cloro) con las materias orgánicas naturalmente
presentes en la misma.
De todos modos, en las plantas de potabilización de agua se utilizan filtros
que ayudan a retirar parte de los THM, si es que hay un exceso muy grande.
No obstante, no se apunta a la inexistencia de los mismos sino a que no
sobrepasen los límites fijados por la Organización Panamericana de la
Salud, por su similar universal -la OMS-, y/o por la legislación correspondiente.
¿Qué ventajas
presenta esta técnica?
E.V.: En principio, la simplificación que se ha logrado: al
resultado se llega en bastante menos tiempo. Y luego, con poca inversión
en equipamiento, se pueden hacer análisis de igual o mejor calidad que
los tradicionales, que demandan la compra de equipos que cuestan alrededor
de 20 mil dólares estadounidenses. Nosotros, con uno de 500 dólares, estamos
haciendo el mismo análisis.
¿Desde cuándo
trabajan ustedes con la SPME?
J.A.: Desde 1997, y ya en el 98 presentamos nuestro primer
trabajo en un congreso de química ambiental, en Uruguay. Allí llevamos
la determinación de clorofenoles en agua a través de la microextracción
y cromatografía gaseosa ya descripta.
¿Por qué se interesaron
ustedes en el tema?
E.V.: Sabíamos que era un aspecto importante en los análisis de agua
potable, así que estudiamos la técnica y la pusimos "a punto"
en nuestro laboratorio. Sumamos conocimientos y esfuerzos, y obtuvimos
buenos resultados.
Es obvio que el
perfil de ustedes comprende "profesión" más "investigación"...
E.V.: Sin dudas; siempre tratamos de actualizarnos en las técnicas
analíticas, y por eso continuamos profundizando conocimientos y presentando
trabajos en congresos de la especialidad, en los cuales, de hecho, también
aprendemos mucho. En el Secegrin
tenemos el doble papel de prestar un servicio analítico, ya sea a los
investigadores del Conicet
o a los usuarios externos, pero, a la vez, sentimos la necesidad de generar
nuevas alternativas analíticas, es decir, innovar.
¿Qué organismos
realizan consultas o solicitudes de análisis?
J.A.: Empresas proveedoras del servicio de agua, entes de control,
consultoras privadas - algunas radicadas en la provincia de Santa Fe y
otras fuera de ella-.
En 1999 vinieron
pasantes extranjeros a trabajar con la técnica citada...
J.A.: Exacto; dos estudiantes -una española y un suizo- permanecieron
tres meses con nosotros, y ahora ya tenemos en nuestra Area a una austríaca.
Siempre se trata de estudiantes de carreras técnicas, que llegan al Ceride
a través del Iaeste, un organismo internacional.
(*)
Licenciado en Química Analítica (FIQ
- UNL); (**) Ingeniero
Químico (FIQ
- UNL), profesionales
del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).
(***)
Centro Regional de Investigación y Desarrollo de Santa Fe, dependiente
del Conicet.
Entrevistó:
Lic. Enrique A. Rabe (ACS
/ Ceride)
© CERIDE
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