Cuando los polímeros son
el tema
Entrevista al Dr. Gregorio R. Meira*, quien investiga en el campo
de la Ingeniería de Reacciones de Polimerización, y dirige el Grupo de Polímeros del
Instituto de Desarrollo Tecnológico para la Industria Química (Intec), de nuestra
ciudad.
En primer lugar, ¿qué debe entenderse por "polímero"?
Un polímero es una molécula muy grande (o macromolécula) que resulta de la unión de
muchas otras más pequeñas (o monómeros). Nosotros estudiamos la síntesis y
caracterización de polímeros que se producen industrialmente, y que, finalmente, son
usados como plásticos, fibras, gomas o adhesivos.
¿En qué consiste la polimerización?
En transformar los monómeros -que son generalmente líquidos- en sólidos de muy alto
peso molecular. Además de los (polímeros) sintéticos existen los naturales, como por
ejemplo el caucho natural, pero nosotros estudiamos el caucho sintético, que,
curiosamente, también se produce en forma de un látex pero en una planta industrial.
Como detalle de "color" cabe señalar que nosotros mismos somos, básicamente,
polímeros naturales...
¿Cómo se entiende esto último?
Sucede que las principales moléculas de nuestro cuerpo, por ejemplo las moléculas de ADN
y las proteínas, etcétera, son biopolímeros, pero son moléculas infinitamente más
complejas que las que nosotros estudiamos.
El grupo que usted dirige ha tenido una fuerte vinculación con empresas...
Sí, en especial con Pasa Petroquímica Argentina S.A., de Puerto Gral. San Martín, en
nuestra provincia, y precisamente en relación con las plantas de caucho. Allí se
fabrican dos tipos de caucho: el más común (llamado SBR), que es el caucho
"base" de todos los neumáticos del país -esta planta surte a todas las
empresas de neumáticos y también exporta-. El otro tipo de caucho es el resistente a
aceites, que se usa, por ejemplo, en las mangueras de las estaciones de servicio y en
ciertas suelas de zapatos. Nuestra relación con Pasa se prolongó durante ocho años.
Y han estado relacionados con una planta venezolana, ¿verdad?
Exacto; nos vinculamos con el área de ingeniería de procesos de Estizulia C.A., de
Maracaibo, donde se produce estireno de alto impacto, que es un material con el que se
fabrican los interiores de heladeras. Es un plástico que se puede formar en frío y no se
quiebra, a diferencia del poliestireno común que constituye los vasos de yogur o de agua.
Durante años estudiamos el proceso de fabricación de poliestireno de alto impacto en
masa, y lo simulamos por computadora para dicha compañía venezolana.
Hoy estamos trabajando con la empresa Centro S.A., de San Francisco, Córdoba, a través
de la cual presentaremos una becaria Conicet-industria en el tema de los laminados
plásticos con base al formaldehído. A esta alumna de la carrera de ingeniería la
empresa le paga para que estudie con nosotros, pero, por ahora, sin una relación laboral
formal.
Se trata, entonces, de una "transferencia" de índole académica...
Podría llamarse de ese modo; la idea es producir, a futuro, resultados transferibles en
aspectos tecnológicos de interés para la empresa, como, por ejemplo, investigar las
causas de las quebraduras que se producen en los laminados cuando se forma un perfil
redondeado de una mesa. Que este proceso sea exitoso depende de varias cosas, como, por
ejemplo, de cómo se produjo la resina básica que luego se entrecruza formando el
laminado plástico. Cabe destacar que el laminado se forma en dos etapas, y en este
sentido se presenta una situación análoga a la de los neumáticos: en la primera, se
genera en aquel caso un "caucho básico", en la planta química, y luego se
vulcaniza el neumático en un molde. A su vez, cuando ya está entrecruzado, el
neumático, al igual que el laminado plástico, puede considerarse como si se tratara de
una sola molécula gigante.
¿Quiénes integran el grupo de investigación en polímeros?
Los Dres. Mario Chiovetta, Jorge Vega, Luis Gugliotta, Diana Estenoz y yo-, cuatro
becarias y tres profesionales de apoyo -Marcelo Brandolini, Patricia Prougenes y José
Luis Castañeda-.
Hoy, en porcentajes, ¿cuánto corresponde a su actividad académica
(investigación, docencia y formación de recursos humanos) y cuánto a su relación con
empresas que solicitan sus conocimientos?
Hace algunos años, en nuestro caso, esa relación llegó a ser 50% y 50%. Hoy,
lamentablemente, nuestras actividades de transferencia son casi nulas. Algunas grandes
empresas, como Pasa, en su momento procuraron tener un grupo de desarrollo que
interactuara con grupos académicos como el nuestro. Pero todos aquellos profesionales de
la industria que existían entonces, hoy ya no están, por reducción de la planta. Muchas
empresas desmantelaron sus grupos de desarrollo y de ingeniería de procesos, que eran
nuestros intelocutores naturales. Los pocos profesionales que quedaron están atareados en
el "día a día" y no tienen demasiado tiempo de pensar en problemas del mediano
plazo. Todas estas cuestiones, desgraciadamente, deterioran la relación
Academia-industria.
En el mejor momento de nuestra vinculación con Pasa, dos de nuestros becarios realizaron
más de la mitad de sus tesis doctorales en relación con los trabajos que desarrollamos
para esta empresa. Los problemas que aporta la industria son un alerta para nosotros al
momento de elegir nuestros temas de investigación. Y, por lo tanto, hay una
realimentación positiva que vale la pena incentivar.
Con respecto a la actividad científica, ¿cuál es su recomendación a largo
plazo?
La enmarcaría en esta frase: cuidemos a nuestros grupos de investigación. Se
debe tener en cuenta que la formación de un grupo cuesta mucho, no sólo en dinero sino
también -y sobre todo- en tiempo y en "materia gris", que es lo más difícil
de conseguir. No es tarea sencilla formar un grupo, pero es muy fácil desmantelarlo; y
los problemas institucionales, presupuestarios, etcétera, que hemos vivido los
científicos en el año 2000 no le hacen bien a la investigación ni a la necesaria
tranquilidad espiritual que debemos tener para cumplir fehacientemente con nuestra tarea.
Y no solamente para eso sino también para que se acerquen los jóvenes y prospere la
investigación.
Como hecho positivo, quiero señalar que Santa Fe constituye un centro privilegiado para
investigaciones en el área de ingeniería química (IQ). Por un lado, cabe destacar que,
a nivel nacional, más de la mitad de todos los investigadores dedicados a investigar en
ingeniería se dedican a IQ. Pero, además, en esta ciudad, existe el grupo más numeroso
de investigadores en IQ de todo el país. Se trata, en definitiva, de un "nicho de
conocimientos", surgido en esta zona, que debería tratar de estimularse de la mejor
manera.
(*) Rosarino; es ingeniero químico egresado de la UBA, y magister y doctor en Ingeniería
de Control por la Universidad de Bradford (Inglaterra). Es Investigador Principal del
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y Profesor Titular
de la Universidad Nacional del Litoral (UNL). Dirige el Grupo de Ingeniería de Reacciones
de Polimerización del Intec (Conicet-UNL).
Entrevistó: Lic. Enrique A. Rabe -Area de Comunicación Social del Centro Regional de
Investigación y Desarrollo de Santa Fe (Ceride/Conicet)-.
(C) INTEC (CONICET-UNL) - CERIDE