Moluscos asiáticos invade nuestras aguas
 

Tal como pueden haberlo observado quienes recorren asiduamente nuestros cursos de agua, se está produciendo la invasión de una especie oriental de molusco de agua dulce (Limnoperna fortunei, Dunker, 1857; Bivalvia, Mytilidae), originaria de arroyos y ríos chinos y del sudeste de Asia, perteneciente a la misma familia que los "mejillones" marinos. Su arribo a nuestro país puede haberse producido por el traslado de larvas -o juveniles- en los tanques con agua de río que, para su uso o bien como lastre, poseen los ultramarinos. Ya en 1993 fue registrada la presencia de estos mejillones en el Río de la Plata, y desde 1996 se los detectó en el río Paraná (en Zárate, San Pedro, Rosario, Santa Fe) y en el río Salado, en Santo Tomé.

Características
Su morfología externa y la forma de implantarse en el sustrato (1) determinan su similitud con los "mejillones", pudiéndoselo diferenciar fácilmente de las especies de almejas autóctonas.
En efecto, a diferencia de estas últimas, Limnoperna fortunei posee una glándula cuya secreción se endurece en contacto con el agua, dando origen a la formación de numerosos filamentos, a modo de hilos córneos, que constituyen el biso; éste les permite fijarse fuertemente a distintos tipos de sustratos.
Hasta el presente, y también a diferencia de nuestras almejas de agua dulce, no la hemos hallado en sedimentos fangosos o arenosos del fondo.
El biso es el que ha permitido que el molusco efectúe una dispersión pasiva (adherida al casco de naves) pero amplia aguas arriba, habiendo formado innumerables poblaciones de desarrollo exuberante.

Localización - reproducción
Los registros efectuados han permitido localizar a L. fortunei tanto en el cauce principal del Paraná como en cauces secundarios. A esta dispersión lateral pudo haberla logrado tanto en forma pasiva como por medio del desplazamiento de sus larvas, especialmente en el período de creciente. En este sentido, es necesario tener en cuenta el tipo de reproducción que posee L. fortunei, y que se diferencia totalmente del que presentan todas nuestras especies autóctonas. Al respecto, estas últimas, en su gran mayoría, poseen larvas que, luego de salir del cuerpo materno, necesitan adherirse a las branquias, escamas o aletas de peces durante 20 días, aproximadamente.
Luego de un proceso de metamorfosis, se desprenden de sus huéspedes ya con la organización de una almeja juvenil. A diferencia de ellas, L. fortunei posee una larva que nada libremente, adhiriéndose, luego de unos días, a un sustrato firme para su desarrollo. El traslado libre de la larva incrementa las posibilidades de mayor distribución de la especie, ya sea en sentido lateral, como en el caso de la llanura aluvial, o aguas abajo, en el curso de los ríos.
Asimismo, se ha podido comprobar que las almejas juveniles también se dispersan aguas abajo, lo que ha quedado demostrado por la presencia de numerosos ejemplares en este estadio en la composición de la deriva (organismos que son desplazados aguas abajo por el río) del cauce principal o secundarios del Paraná (2). La rápida adaptación de la especie a distintos hábitats, incluyendo su inmediata reproducción y el exitoso desarrollo de las larvas, ha sido comprobada en laboratorio, donde, ya a los 10 días de la observación de larvas, se pudo registrar la presencia de juveniles que continuaron prosperando.

Otras situaciones similares
La introducción y amplia distribución lograda por Limnoperna fortunei en el sistema del río Paraná resulta comparable con la invasión efectuada por otra especie de almeja oriental (Dreissena polymorpha Pallas), producida en lagos y ríos de Europa hace casi 200 años, y desde 1986 en Norteamérica.
Como lo han demostrado las investigaciones llevadas a cabo por innumerables autores sobre Dreissena polymorpha, tendrá que analizarse la biología y ecología de Limnoperna fortunei en nuestros ambientes. Para ello se considerarán los aspectos fundamentales que aporten a la solución de problemas como los descriptos por los autores que han trabajado sobre la citada especie del Hemisferio Norte.

Complicaciones
L. fortunei ya se ha registrado desarrollada en tuberías -a las que podría bloquear- de toma de agua, o de vertido de líquidos en industrias de la zona. Se verificó, igualmente, su proliferación en cascos de embarcaciones, tal como está descripto para D. polymorpha. Esta última ha llegado, en ciertos lagos norteamericanos, a competir con la fauna de almejas autóctonas, diezmando sus poblaciones. Al conocerse los requerimientos ecológicos de D. polymorpha, y las características físicas y químicas de los ambientes acuáticos, tanto en EE.UU. como en Canadá se han efectuado estudios de los hábitats en riesgo de ser poblados por la especie citada. Se han implementado, además, rigurosas medidas de control para evitar no sólo el traslado de embarcaciones sino también el de recipientes con agua -que puedan contener larvas o juveniles- de ambientes con D. polymorpha a aquellos que aún no la poseen.

Solución
La que se considera óptima es la de desarrollar una metodología que permita impedir la implantación de las larvas en las citadas infraestructuras (tuberías, por ejemplo). Los autores que abordan este aspecto en D. polymorpha han determinado que los estadios de larva y juveniles son los más vulnerables, por lo que consideran más factible tratar de impedir su desarrollo en estas etapas.

(1) cualquier elemento rígido que se encuentre sumergido en los ambientes acuáticos (fondo arcilloso, vegetación, casco de naves, tuberías, etc.).
(2) L. Rossi, comun. pers.

Por la Prof. Inés Ezcurra de Drago -Carrera del Investigador del CONICET-, del Instituto Nacional de Limnología (INALI); Santo Tomé (Santa. Fe).

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Publicado el 21 de junio de 1997