Nanopartículas de hierro para remediación ambiental
 

Ernesto Martínez* dirige un grupo de investigación y transferencia tecnológica -Grupo Fenton, en el Instituto Ingar**- dedicado al diseño y operación de procesos para tratamiento químico de efluentes industriales. Aquí nos cuenta cómo las diminutas nanopartículas de hierro pueden ser grandes aliadas para minimizar el impacto ambiental de la actividad industrial.

El Dr. Ernesto Martínez en el laboratorio de la planta piloto del Ingar (Foto: gentileza Carlos Ruiz)¿Qué tamaño tiene una nanopartícula?; ¿qué caracteriza a las de hierro?
Uno muy pequeño, de entre 1 y 100 nanómetros; unas diez veces menor al de una célula bacteriana. En el caso del hierro elemental estas nanopartículas presentan una considerable reactividad química, posiblemente como resultado de una extraordinaria superficie específica del orden de 30 metros cuadrados por gramo. Estas características las tornan especialmente aptas para adsorber (1) e inmovilizar especies contaminantes y también promover procesos de óxido-reducción que permiten disminuir el impacto ambiental de una gran variedad de compuestos tóxicos. Tales propiedades pueden aprovecharse para remediar suelos contaminados o para tratar corrientes residuales de plantas industriales.

¿Qué tipo de aplicaciones concretas son factibles?
Existen muchas posibilidades. Una es la descloración de compuestos orgánicos persistentes, como el PCB o el DDT. Estos compuestos incorporan átomos de cloro en su molécula, por lo que no pueden ser incinerados ya que producen dioxinas que son sustancias cancerígenas. Por otro lado, son sintéticos, no se degradan biológicamente. El empleo de nanopartículas permite extraer el cloro de la molécula lo que transforma químicamente el contaminante en especies más benignas y que pueden ser incineradas sin riesgo para la salud. Otra aplicación es la reducción de cationes metálicos -como el cromo hexavalente- presentes en efluentes de sectores industriales como galvanoplastia. En este caso, la nanopartícula promueve una reducción a cromo trivalente, mucho menos tóxico y peligroso que el hexavalente.

Y en la remediación de suelos, ¿qué ventajas pueden mencionarse?
Por su pequeño tamaño, las nanopartículas pueden permanecer en suspensión por largos períodos y movilizarse a lo largo de la región de contaminación, inmovilizando y transformando las especies tóxicas. Sobre esta base, la inyección de una suspensión concentrada de nanopartículas a un suelo contaminado permitiría eliminar los riesgos para el medio ambiente al cabo de unos pocos meses.

¿Están disponibles comercialmente?
Existen empresas que ofrecen servicios de remediación basados en nanopartículas de hierro, pero es dificil adquirir cantidades importantes de las mismas para aplicaciones ambientales. A esta dificultad para obtenerlas se agrega su elevado costo. Por esta razón, en el Grupo Fenton hemos realizados esfuerzos orientados al desarrollo de un proceso que permita obtener nanopartículas para aplicaciones ambientales, que tienen menos exigencias de reproducibilidad en la distribución de tamaños que las que se usan con otros fines.

¿Qué grado de avance tiene el desarrollo del proceso de producción?
Se han obtenido cantidades importantes de nanopartículas que estamos empleando en proyectos de descloración de compuestos orgánicos persistentes. El proceso concebido ha permitido bajar sensiblemente el costo de producción y se sustenta en un reciclado total de los reactivos más costosos. Si se consigue el financimiento necesario, estimo que hacia fines de 2007 podríamos contar en Ingar con una planta piloto para producir cantidades del orden de 100 kilos de nanopartículas secas por mes, lo que nos permitiría abastecer proyectos de transferencia orientados a una evaluación intensiva de la potencialidad de aplicar este tipo de nanomateriales en beneficio del medio ambiente.

Esta tecnología, ¿se podría transferir a empresas interesadas en producción industrial de nanopartículas?
Todavía tenemos que hacer muchos ajustes a la “receta” del proceso, y pruebas experimentales. Quizás en un par de años podamos proporcionar a Conicet la información para iniciar los trámites de patentamiento, y una vez obtenida la patente podría ser explotada por las empresas interesadas.

(*) Dr. en Ingeniería Química, es Investigador Independiente del Conicet en el Ingar, y Profesor Titular en la UTN. (**) Instituto de Desarrollo y Diseño -Avellaneda 3657, Santa Fe-. (1) Cuando una sustancia química se adhiere a la superficie de otra.
Entrevistó: Lic. Enrique A. Rabe (CS / Ceride - Conicet)

© INGAR - CERIDE

<<<
Publicado el 1° de marzo de 2006