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        la ciencia ficción a la realidad 
 A escala microscópica, el Dr. 
        Horacio M. Pastawski -físico- es un maquinista que decide torcer 
        el destino de un tren compuesto de átomos para que regresen al 
        pasado. Analogía aparte, este logro científico permitirá 
        aplicaciones tales como la mejora de contrastes en imágenes por 
        resonancia magnética, la destrucción acústica de 
        cálculos y tumores, la mejora de una nueva generación de 
        computadoras, y también un uso académico, al ayudar a conciliar 
        los conceptos de la Física clásica con la revolucionaria 
        Mecánica Cuántica. Sin embargo, afirma que "por ahora, 
        es imposible crear una máquina del tiempo para que un hombre retroceda 
        al ayer".
 
 El Eco de LoschmidtHay una paradoja en el trabajo del grupo que dirige el Dr. Pastawski en 
        la Facultad de Matemática, Astronomía y Física (Famaf) 
        de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), 
        en "La Docta": en su laboratorio, el citado investigador es 
        capaz de volver el tiempo atrás a escala microscópica. No 
        obstante, este avance, hoy conocido en todo el mundo como Eco de Loschmidt, 
        le permite afirmar que el tiempo es irreversible a nivel macroscópico, 
        es decir, a nivel de lo visible a simple vista. "Por ahora, es imposible 
        crear una máquina del tiempo para que un hombre retroceda al pasado", 
        asegura.
 
 La Naturaleza mandaEn todas las leyes fundamentales que rigen la naturaleza la dirección 
        del tiempo no tiene un papel relevante. No se puede distinguir si el tiempo 
        va para adelante o para atrás. Entonces, siempre existió 
        la expectativa de regresar las cosas hacia atrás. Empero, la realidad 
        cotidiana muestra que el tiempo siempre va hacia delante. "Un ejemplo 
        es una gota de tinta que se deja caer en el agua y se dispersa. Aunque 
        ya en el siglo XIX el físico-químico austríaco Joseph 
        Loschmidt pensaba que si se pudieran revertir las velocidades de cada 
        uno de los átomos, la tinta se podría reconcentrar en la 
        gota inicial, es claro que implementar este camino inverso (que la tinta 
        diluida se concentre en una gota) parece imposible. Por lo tanto, el proceso 
        es, en apariencia, irreversible", explica el científico. La 
        idea clave fue darse cuenta de que controlar el movimiento de los átomos 
        equivale a manejar sus interacciones, sus energías. "El tiempo 
        y la energía siempre están asociados. Luego, revertir el 
        tiempo es revertir la energía. Si uno tuviera la manera de controlar 
        las energías de algún subsistema, éste realizaría 
        una reversión temporal", añade Pastawski, investigador 
        principal del CONICET. 
        La analogía sería la del maquinista de un tren que, tozudamente, 
        decide torcer el destino que le señalan las vías y poner 
        en reversa la máquina, volver hacia atrás.
 
  El 
        trabajo en el LaNAIS "Logramos realizar una reversión temporal en un sistema complejo: 
        los núcleos atómicos en un cristal compuesto por millones 
        de millones de átomos", asegura el físico. En el Laboratorio 
        Nacional de Investigación y Servicios de Resonancia Magnética 
        en Sólidos (LaNAIS 
        / UNC / CONICET), 
        el equipo trabajó con cristales orgánicos moleculares. Generaron 
        una especie de mancha de tinta, en realidad un estado con cierto orden 
        magnético, que se dispersó en forma de ondas magnéticas 
        por el cristal cambiando sus propiedades magnéticas. Luego se aplicó 
        una secuencia de pulsos de radiación electromagnética (se 
        la conoce como "diablillo de Loschmidt") que logró revertir 
        este proceso: las ondas magnéticas regresaron por donde vinieron 
        hasta concentrarse en el punto donde fueron creadas, es decir, los átomos 
        volvieron a su estado inicial organizado para luego volver a decaer -de 
        allí su nombre "Eco de Loschmidt"-. Todo ello sucede 
        en milésimas de segundos. "Es un proceso complejo porque hablamos 
        de millones de millones de átomos juntos. Algo que, a pesar de 
        ser microscópico, parece incontrolable por la cantidad de interacciones, 
        de movimientos que hay entre ellos. Nosotros tuvimos un grado de control 
        en estas interacciones y logramos la reversión temporal", 
        describe Pastawski.
 
 Paradoja de la 
        experienciaPero esta experiencia les señaló las limitaciones que tendría 
        una reversión temporal a escala macroscópica. Una de ellas 
        es intrínseca a la naturaleza: mientras más complejo es 
        el sistema, más inestable, y más predispuesto al caos. Un 
        error ínfimo repercutiría de manera catastrófica 
        en todo el sistema. Todo esto ocurre dentro de lo que se conoce como Mecánica 
        Cuántica, rama de la Física que describe el comportamiento 
        de la materia a escala atómica. El mundo cuántico no funciona 
        como el mundo cotidiano porque es antiintuitivo. Aquí la explicación 
        de Pastawski: "Cuando una pelotita de pinball choca contra un obstáculo 
        puede rebotar para la izquierda o para la derecha. Cuando esta bolita 
        está en el mundo cuántico, por ejemplo un electrón 
        chocando con un átomo, puede suceder que el electrón vaya 
        simultáneamente hacia ambos lados. Las dos alternativas ocurren 
        en forma simultánea". Y finaliza: "Justamente, esta perturbadora 
        paradoja en conjunción con la complejidad intrínseca de 
        un sistema con muchos átomos, determinan que la mecánica 
        cuántica presente una forma de caos o falta de predictibilidad. 
        Así, hablamos de que es imposible revertir el tiempo en sistemas 
        más complejos. Es impensable que un ser humano, con la complejidad 
        de energías y reacciones químicas que lo componen, pueda 
        regresar al pasado", remata nuestro maquinista del tiempo.
 
 Realizó 
        sus estudios de posgrado en Santa FeEl Dr. Pastawski es investigador principal del CONICET, 
        profesor titular y Vicedirector del Doctorado en Física de la UNC. 
        Como licenciado en Física fue becario del CONICET 
        en el INTEC 
        de nuestra ciudad. Realizó su tesis doctoral sobre sólidos 
        amorfos, con la dirección del Dr. Juan F. Weisz y la co-dirección 
        del Dr. Mario Passeggi, la que fue presentada en el Instituto Balseiro. 
        Ya como investigador en el Intec fue profesor en el Departamento de Posgrado 
        de la FIQ / 
        UNL y permaneció tres años 
        en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (EE. UU.) en condición 
        de científico visitante. En el proyecto que lleva a cabo trabaja 
        su esposa, la Dra. Patricia Levstein, quien es investigadora independiente 
        del CONICET, profesora 
        asociada de la UNC 
        y actual Secretaria de Ciencia y Tecnología de la citada universidad. 
        Se licenció en Química Biológica en la UNC 
        y desarrolló en el INTEC 
        una tesis doctoral en resonancia paramagnética electrónica, 
        bajo la dirección del Dr. Rafael Calvo, que presentó en 
        la FIQ / UNL. 
        Luego realizó una estadía posdoctoral en la Universidad 
        de Massachusetts (EE. UU.), de donde regresó para incorporarse 
        al INTEC 
        como investigadora.
 En 1993, ambos se trasladaron a la Famaf 
        para iniciar una colaboración en el tema de esta nota empleando 
        un nuevo equipamiento del LaNAIS 
        de RMS que permitía abordar de manera experimental los problemas 
        de la dinámica cuántica. Recientemente, las posibilidades 
        experimentales se potenciaron gracias a un generoso subsidio de Antorchas.
 Fuentes: Lucas Viano 
        (Diario "La 
        Voz del Interior") y Área de Comunicación Institucional 
        y Prensa del CONICET. 
        Adaptó: Lic. Enrique A. Rabe (ÁCS/Conicet 
        Santa Fe).
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