CINE DEBATE, UNA PROPUESTA COMUNICACIONAL DIFERENTE
Docentes responsables: Mariela RECALDE
Jorge SALDUONDO
Cine-debate, una experiencia comunicacional diferente.
Film: " Martín (Hache)"
Director: Adolfo Aristarain
Coproducción argentino-española.
La crítica española celebra a Aristarain.
"Un imaginador libre que se alimenta no de las cinematecas, sino de las calles, en un cine impuro contaminado por la vida" (El País, 1997).
"El cineasta argentino dosifica con maestría los cambios de situación, riega con ironía unos diálogos brillantes y consigue un ambiente mágico"(el Diario Vasco, 1997).
"Un retratista de emociones y un equilibrista que avanza por la cuerda floja más arriesgada, pero consigue sortear los peligros y llegar a la meta con su tesoro intacto." (El Mundo, 1997).
Imaginación, dialogo y emociones como partes de un campo léxico sugerente, capaz de connotar las marcas de identidad del imaginario adolescente.
En el marco organizativo de nuestro trabajo anual institucional fue nuestra pretensión lograr el abordaje de los contenidos curriculares mediante una propuesta de comunicación alternativa que nos condujera al encuentro con esos "otros" que son nuestros alumnos. Es por esto que la película hispano-argentina nos pareció una elección válida para lograr el interés, el compromiso, la capacidad de involucrarse en una reflexión crítica y en un hacer valorativo.
El escenario en cuestión fue la Escuela de Educación Media Nš4, de la ciudad de Bolívar, provincia de Buenos Aires, en el marco de la Feria de las Ciencias, 1998, que se realiza anualmente con el propósito de presentar a la comunidad las producciones áulicas que dan cuenta del proceso de enseñanza aprendizaje.
Esta propuesta tuvo como protagonistas a los alumnos de 5to. Año de diversas modalidades que se comprometieron en un esfuerzo participativo, organizacional y de toma de decisiones.
Se intenta posicionar esta producción en una línea de búsqueda teórico-práctica de lo social, que enfatiza la capacidad instituyente y creadora de los sujetos en la construcción de sentidos a partir de comportamientos cotidianos.
Se trata de armar una "perspectiva para ver", que piensa lo social a través de las prácticas y de los imaginarios que producen acciones, pensamientos y sentidos, en el contexto de una institución. Concepto que se emplea como conjunto de lo instituido, en tanto normas, reglas y códigos y lo instituyente como tendencia innovadora. De esta manera, en cualquier institución y específicamente en la educativa, lo instituido y lo instituyente se encuentran en tensión permanente. Esta tensión es la que permite el funcionamiento y equilibrio de toda institución.
Tanto las instituciones, como los imaginarios que las representan van cambiando con el devenir de la historia, como también cambian los modos de pensar, de sentir y hacer de los actores sociales. En este devenir vislumbramos una matriz educativa destinada y dirigida a la formación de personas, en tanto, seres en relación con otros, en lugar de individuos aislados.
En este marco, una comunicación educativa tendrá por objetivo fundamental el de potenciar a los sujetos que aprenden como emisores, ofreciéndoles posibilidades, estímulos y capacitación para la autogeneración de mensajes significativos. Su principal función será entonces la de proveer a laos grupos de sujetos que aprenden, de canales y flujos de comunicación para el intercambio de tales mensajes.
Asimismo, una comunicación educativa concebida de esta manera, podrá continuar cumpliendo con su función proveedora de materiales de apoyo, pero concebidos ya no como meros transmisores-informadores, sino como generadores de diálogos destinados a activar el análisis, la discusión y la participación de los jóvenes y no a instituirlos.
Lo anterior, en el contexto de los nuevos tiempos-cada vez más intercomunicados y cambiantes- y de una institución visualizada en el momento concreto que transita, como es el de la Transformación Educativa, que supone una mayor apertura al diálogo a través del decir y el hacer, nos lleva a pensar en definitiva, en una comunicación educativa que adquiere las características de educación comunicante, toda ella permeada y atravesada por el eje comunicacional.
Precisamente, la comunicación es siempre un proceso que se da entre personas en el que se construyen mensajes posibles. Esto implica que la comunicación siempre está abierta a la construcción de nuevos sentidos como base de la comprensión del hombre y de su mundo. Comunicar es "querer decir a otro algo sobre el mundo", como nos lo enseñó Aristóteles.
Este proceso requiere la utilización de signos (lingüísticos, gestuales, no verbales, etc.), como formas de re-presentar el mundo y, en ocasiones, de la intervención de "medios técnicos"(impresos, audiovisuales, electrónicos, etc.), pero en ningún caso la comunicación puede reducirse ni a los signos ni a los medios.
La comunicación no es un proceso lineal: no se puede reducir a la relación causa-efecto o estímulo-respuesta, por cuanto el ser humano siempre construye sentido-interpreta-desde su propio mundo. De ahí que la comunicación nunca podrá ser totalmente "fiel", porque se da entre humanos.
El proceso de comunicación se puede comprender mejor como una red multidimensional, donde varios procesos se dan simultáneamente y donde nosotros, seres humanos, somos como nudos interceptores -que a su vez son redes- por donde se van construyendo los mensajes.
Así, el proceso de comunicación se da siempre con el otro, de este modo el mensaje se construye siempre en la tensión entre quién lo emana y el otro que lo comprende. Este proceso requiere necesariamente tres tipos de acciones que no pueden disociarse por cuanto un mismo sujeto las realiza permanentemente, pero que metodológicamente se pueden distinguir así:
Leer y pensar las imágenes, pasar del ver indiscriminado al leer significativo, de la pulsión hipnótica a la destreza comprensiva y expresiva fue el impulso generador de un proyecto áulico que comprometió en ese sentido la actuación institucional.
La elección del film, Martín (Hache), de Adolfo Aristarain, tuvo que ver con la legitimidad que los docentes, en principio, le otorgamos en tanto obra cinematográfica generacional, que promueve reflexiones, debates y básicamente emociones al abordar críticamente la Argentina de los últimos tiempos.
Decidimos entender al film como lugar de representación, como unidad significante y comunicativa, es decir, como texto que exige una mirada analítica para desmontarlo y entrar en las leyes de composición del lenguaje audiovisual.
Se trata de organizar intuiciones, sensibilidades e itinerarios particulares. Este es el punto de partida para un análisis textual que se autoproclama como RECORRIDO para una mejor inteligibilidad.
Ante el film, el inicio del camino es ir hacia el encuentro de un objeto concreto dotado de evidencia y corporeidad para ver como a lo largo del recorrido se va activando una lectura que reconoce la descripción de los diversos componentescinematográficos de la representación y de la narración y una interpretación personal.
El hecho de sacar a la luz la representación o narración permite captar el modo con que el film recorta y elabora la realidad social. El film se abre al contexto y explicita los modos de ser, de pensar, de ver la sociedad y por eso instaura un verdadero escenario social desde el cual nos interpela.
Como cualquier texto inscribe en sí mismo su diseño comunicacional, revelando de donde viene y adonde quiere ir y así nos obliga al abordaje de su anclaje interno.
A lo largo de la travesía podemos encontrar no sólo las huellas de quien opera gracias y a través de las imágenes y los sonidos, sino también el modo en que estas huellas se insertan en arquitecturas y dinámicas concretas. Lo que emerge entonces con nitidez, es el "hacerse" y el "darse" del film: el hacerse, es decir, la instauración de un principio organizativo, de un proyecto comunicativo, que actúan como emblema del hecho de que el texto procede de alguien; y el darse, es decir, la génesis de un proceso interpretativo, de un horizonte de expectativas, de una posibilidad de desciframiento, que actúan como emblema del hecho de que el texto se dirige hacia alguien más. En resumen, la máscara de una procedencia y la de un destino.
Esta experiencia en el campo comunicacional permite dar cuenta del tránsito entre el HACER INTERPRETATIVO de los alumnos en posición de lectores del filme, hacia el HACER DISCURSIVO (una lectura que se reescribe) desde distintas posiciones y lugares definido en la práctica comunicacional del debate en la que emerge el eslabonamiento de la cadena discursiva en una verdadera polifonía.
El discurso social se materializa en una yuxtaposición de campos discursivos con lenguajes fuertemente marcados con finalidades establecidas donde un tráfico más o menos oculto hace circular los paradigmas hegemónicos. Es el conjunto de lo decible y es, además, una situación de mercado en donde los enunciados se ofrecen, se intercambian, compiten por su aceptabilidad, entran en conflicto con el principio de preservación de las hegemonías y de la vigilancia en los límites de lo pensable, por el material ideologemático que contienen.
Así, la tendencia puede ser la de preservar la autoridad del discurso propio o, en menor medida, la de borrar los límites entre los enunciados propios y ajenos.
Sin embargo, en la construcción social de los significados que se generaron en el transcurso del debate, esta última tendencia se puso de manifiesto desde la orientación axiológica o valorativa que cada sujeto enunciador imprimía en una dialéctica de creación y confrontación de discurso y no de dominio o imposición.
La diferenciación entre la palabra propia y la ajena fue adquiriendo contornos claros sólo porque es el lenguaje mismo como representación de la realidad social e ideológica, quien se posiciona en la frontera entre lo propio y lo ajeno, cuando existe un sujeto que carga la palabra con su intencionalidad.
Este punto de la interacción donde tuvo lugar la polifonía en tanto yuxtaposición de discursos, en tanto puesta en lenguaje de la construcción de sentidos, exige una aplicación de la que nos sentimos parte como docentes.
No podemos menos que hacer referencia a la triangulación de sentidos que se generaron entre los docentes, alumnos y panelistas invitados, a partir de previos acuerdos respecto de las problemáticas tentativas movilizadoras del debate.
El uso inteligente y enfermizo de las drogas, la noción de patria y la incomunicación fueron las cuestiones vividas como altamente significativas por parte de los jóvenes desde las cuales era pensable enunciar, en un marco de participación e intercambio discursivo.
El desentrañamiento de significados, el cruce entre lo obvio y lo obtuso del film que se entreteje en su trama narrativa y en la profundidad de los diálogos fue parte del largo recorrido que iniciamos en el aula y culminó como instancia de interacción.
A modo de cierre, es pertinente explicitar que el texto cinematográfico, más allá de su carácter semiótico y comunicativo, constituye un fenómeno cultural que cobra vida a partir de los códigos simbólicos de la cultura.
Entendemos la cultura como un conjunto de normas, símbolos e imágenes que los individuos interiorizan estructurando instintos, saberes y emociones. Es por eso que los fenómenos culturales se visualizan como procesos de comunicación entre interlocutores que presuponen y comparten un sistema de códigos a través de los cuales construyen significados.
Un texto no se limita al intercambio: comunica también su propio comunicar. Esto incluye cómo se presenta y cómo se acoge, de dónde nace y hacia dónde se dirige; más allá de la identidad de quien concretamente lo transmite y lo recibe, nos habla de un HACERSE y un DARSE.
El texto se impone como mediación entre lo que se ve, lo que se sabe, y lo que se piensa acerca de los tópicos significativos de esta propuesta.
De modo que el debate enmarcado en un tiempo y espacio, se constituye en escenario de un encuentro semiótico que conjuga el arte de reflexionar hablando con un darse al otro en un nuevo hacer discursivo.
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