III endicom. encuentro de docentes e investigadores de la comunicación del mercosur

Mesa de Trabajo 5: Los medios del mercosur ante la economía y la cultura globales

COMUNICACIÓN DEMOCRATIZADA ¿UNA UTOPÍA?

Mgter. Liliana Llobet *

En la estructura Estado - Medios - Sociedad, hoy juegan un papel importante los medios masivos de comunicación en la tarea de acompañar o no los procesos democráticos y variar la vinculación Estado - sistema político - sociedad civil.

Coincidiendo con la definición elaborada por Lechner se entiende por Estado: "la esfera de mediación de la praxis social. Debe entenderse al Estado de manera análoga al capital como una relación entre los individuos y, por ende, entre los grupos sociales de una determinada sociedad". (1987:232)

La sociedad del Siglo XX, aún la latinoamericana considerada genéricamente periférica, tiene características muy particulares. Dentro de esa estructura, que ha cambiado progresivamente cada vez en forma más acelerada, están íntimamente relacionados los medios de comunicación masiva, que ofrecen una particular imagen de la realidad en la que están insertos.

La incidencia de los medios ha determinado, entre otros factores, el surgimiento de un nuevo concepto de espacio público en el que se interrelacionan Estado, sistema político y sociedad civil, a través de la comunicación masiva.

Si se efectúa una mirada retrospectiva surgen como conocidos el ágora griega o el foro romano como ámbitos de discusión de los ciudadanos sobre temas que les concernían como miembros de una comunidad.

"Entre los griegos -dice Jean-Marc Ferry- la formación del espacio público político más bien habrá estado fundada en una estética de la figuración, de la autorrepresentación, en que cada uno debe ‘sobresalir’ para conseguir la gloria; gracias a las ‘nobles palabras’ pronunciadas en la plaza pública". (1992:5)

La configuración burguesa de este espacio tiene su origen en la Ilustración. Emanuel Kant establece la distinción entre lo público y lo privado desde la óptica de la razón.

Este autor afirma que el hombre debe ser guiado por su propia razón para liberarse así de una tutela intelectual externa. Adjudica de esta manera un uso privado de la razón y otro público.

En las órbitas de la libertad privada y la pública se han ido configurando no sólo nuevos actores sino que se suma, además, el progreso registrado en el ámbito de la difusión de mensajes a grandes distancias y para públicos heterogéneos y lejanos. Esas dos esferas, antes taxativamente diferenciadas, hoy tienden a acercarse e incluso confundirse por efecto de la mediación.

Con la variación del sistema político y la nueva dimensión que han adquirido los medios de comunicación masiva se hace necesario redefinir este espacio público.

Un aporte desde la sociología, lo hace Ferry: "El ‘espacio público’, que desborda el campo de interacción definido por la comunicación política, es -en sentido lato- el marco ‘mediático’ gracias al cual el dispositivo institucional y tecnológico propio de las sociedades pos industriales es capaz de presentar a un ‘público’ los múltiples aspectos de la vida social". (1992:32)

Si se entiende entonces al Estado como mediador de las relaciones sociales que condensa fuerzas en pugna, esta tarea la realiza hoy en un contexto definido institucional y tecnológicamente como mediatizado.

En estas esferas, pública y privada, se gestan las relaciones entre Estado, medios de comunicación y sociedad. Esta tríada ha sido analizada desde distintas construcciones teóricas1 que establecen el "deber ser" de esa vinculación y al mismo tiempo pueden utilizarse como instrumento para establecer semejanzas y diferencias entre ese ideal y la realidad. Sus elementos y sus relaciones fundamentales son: a) naturaleza del hombre; b) naturaleza del Estado y la sociedad; c) relación hombre - Estado y d) relación Estado - medios de comunicación.

A efectos de este trabajo se toman en particular las teorías liberal y democrático - participativa porque sus características son las que predominan en la estructura de regulación y funciones adjudicadas a los medios en los países que integran el MERCOSUR. Esta afirmación no implica desconocer particularidades que se dan en la realidad con practicas que responden a la teoría autoritaria, de la responsabilidad social, desarrollista o soviética.

En los siglos XVIII y XIX, surge y se consolida la teoría libertaria que considera al hombre un animal racional y fin en sí mismo, autosuficiente y autónomo. Esta propuesta emerge de la mano del liberalismo y traslada al manejo de los medios el concepto de libre mercado. La sociedad es promotora de los intereses individuales y el Estado desarrolla potencialidades particulares y es el ámbito de ejercicio de esa libertad individual.

El Estado existe para dar al individuo un medio apto para realizarse y es protegido contra el poder autoritario. Se constituye así en el punto de inflexión entre lo individual y la cohesión de lo colectivo.

Los medios son de propiedad privada, con acceso a un mercado libre de ideas, incorpora el concepto de publicidad como recurso económico en el intento de evitar servidumbres políticas. El derecho y deber de los medios es servir como control social extralegal del Estado y propugna un mercado libre de ideas. Coinciden con esta postura Milton, Erskine, Jefferson y Stuart Mill, entre otros.

Desde el enfoque democrático-participativo (nacido en los países desarrollados, en especial en Estados Unidos) el hombre es considerado como una criatura racional con sentido crítico que tiene necesidades, intereses y aspiraciones. Describe a la sociedad política estableciendo los derechos a la información, a la réplica y la utilización social de los medios masivos.

El Estado es garante de esos derechos como también del acceso igualitario a la información; respeto por los Derechos Humanos; a las identidades de cada comunidad y la participación a través de los partidos políticos.

En cuanto a los medios propone la ausencia de control político y burocrático. Dichos medios existen para sus audiencias y establece el principio de que las organizaciones y comunidades locales deben tener medios propios. Plantea el debate entre micromedios y medios de comunicación masiva, pues ambos deben ser verdaderos foros de discusión. Para ello reconoce la necesidad de contar con códigos de ética.

El análisis de la realidad latinoamericana en este aspecto permite dar cuenta de que según las etapas se han registrado aspectos particulares o elementos puntuales de la mayoría de ellas, pero ha prevalecido la teoría liberal.

En los intentos registrados en los últimos años en los dos países más significativos del MERCOSUR, Argentina y Brasil, se retoman algunos aspectos de las funciones adjudicadas a los medios por la teoría democrático - participativa. Se intenta sumar la acción de los medios para generar mayor participación de la sociedad civil, fomentar el sentido crítico de las audiencias y garantizar la pluralidad de ideas.

En los casos particulares de estas dos naciones, los pasos dados en el sentido de democratizar los medios siguieron caminos diferentes pero todavía no se han consolidado acciones concretas en ese sentido.

Una de las causas que impiden concreciones es la tendencia, cada vez más afianzada, de formación de holdings multimedia en los que ya han comenzado a invertir importantes sumas empresas transnacionales dedicadas al negocio de la comunicación.

A pesar de los avances democráticos o más precisamente la restitución del gobierno nacional, a civiles representantes de partidos políticos, a partir de los ‘80 en estos dos países todavía existen intentos de cercenar la libertad de expresión.

Frente a la globalización, la incorporación de las nuevas tecnologías y el asentamiento definitivo del modelo neoliberal, con fuerte tendencia privatista, la situación de los medios se ha modificado. Mayores cambios se registran en la situación laboral de los periodistas (directos actores, junto a la sociedad, de la posible democratización de la comunicación masiva). Este proceso se ve influido, entre otras causas y al igual que trabajadores de otros sectores, por el desempleo y la disminución de salarios.

En el caso PRONDEC (Programa de Democratización de la Cultura) argentino, impulsado desde el Estado, se convocó fundamentalmente a periodistas, editores y directores de medios más importantes. La sociedad tuvo escasa participación, en parte, porque no se dio la difusión suficiente a la problemática específica. Los sectores sociales interesados sólo fueron convocados en las áreas de educación y manifestaciones artísticas.

El interior del país no estuvo representado; en particular, no hubo presencia de medios locales, regionales e institucionales que son los más afectados por el esquema monopólico que recrean los medios de Capital Federal. Esa estrategia es utilizada también por diarios, radios y emisoras de televisión de capitales provinciales respecto de los medios del interior en sus propios territorios.

Favorecen así formas de censura encubierta, por ejemplo a través de la distribución de insumos (como el caso de Clarín, que junto a otros diarios importantes, monopoliza el papel) o la compra de concesiones para la difusión de encuentros deportivos. En estos casos las posibilidades de acceso de los medios chicos son prácticamente nulas debido a sus propias infraestructuras tanto físicas como económicas.

En Argentina, como ya se dijo, la propuesta de democratización surgió de uno de los estamentos del estado, desde el cual se convocaron entidades intermedias de la sociedad civil pero que no se comprometieron ni responsabilizaron con el proceso de cambio.

La FENAJ (Federaçao Nacional dos Jornalistas Profissionais) en Brasil, asumió el rol protagónico como institución representativa de uno de los sectores involucrados: los trabajadores de prensa. Con una postura definida respecto del lugar que adjudican a su país en el contexto internacional y conscientes del proceso de mundialización y la incidencia de las nuevas tecnologías perfilan una serie de estrategias para lograr el mismo objetivo que pretendió el PRONDEC en nuestro país.

Se detecta un especial interés en la reivindicación del sentido crítico de la población para articular una forma de control público desde los propios destinatarios de las propuestas de los medios. Para ello plantean la necesidad de dotar a todo el territorio brasileño de salas de proyección para que la ciudadanía tenga acceso al análisis, a través del debate, de los productos que consume habitualmente.

Este aspecto de la iniciativa aparece casi imposible de conseguir porque implica una inversión económica de proporciones casi desmesuradas aplicadas a un proceso de tal magnitud que impide ser evaluado. Sus resultados, de ser factible su formalización, podrán ser analizados a muy largo plazo porque implica cambio de hábitos en el consumo de medios que no se registran en corto tiempo.

La incorporación de nuevas tecnologías es valorada positivamente en la propuesta brasileña en cuanto a aspectos de producción y alcance, pero son analizadas con preocupación por la disminución de fuentes de trabajo en los medios.

Sólo en el caso de Brasil se plantea la necesidad de establecer un código de ética y eso es posible a partir de la profesionalización y el logro de la colegiación para obtener una matrícula profesional. Este aspecto en nuestro país todavía es materia de discusión permanente en los encuentros nacionales de trabajadores de prensa, en los que se manifiesta una abierta oposición de los periodistas idóneos.

Ambas propuestas implican un relativo grado de reconocimiento por parte de los funcionarios de diferentes sectores preocupados en implementar acciones superadoras de la situación actual, a partir de reivindicar la producción nacional, reconocer las fallas en: 1) El sistema de comunicación de cada país, 2) Los inconvenientes en el procesamiento, producción y difusión de mensajes, cualquiera sea su formato, 3) La influencia de los medios sobre la población, 4) La necesidad de desarrollar el sentido crítico de la ciudadanía frente a los productos mediáticos y 5) La situación profesional de los trabajadores de prensa frente a acciones tendientes a limitar la libertad de expresión (flujos informativos transnacionales, incorporación indiscriminada de nuevas tecnologías, relación más condicionada con el poder político a partir de nuevas formas de vinculación entre estos elementos).

Para enfrentar esta realidad común, se tiende a favorecer encuentros para emprender acciones conjuntas y coordinadas. Determinar la función específica que desempeñarán los medios en este proceso de integración es una prioridad, debido a los alcances e influencia que éstos poseen.

Los cuatro países del MERCOSUR comparten una herencia similar en la conformación del estado que deviene de los respectivos países colonizadores: España y Portugal. Consecuencia de ello su estructura actual responde a dos elementos sustanciales: la burocracia y el centralismo.

Estas características se han profundizado en el decurso del tiempo adquiriendo particularidades propias según los diferentes gobiernos marcando un mayor grado de ineficiencia frente a una falta de profesionalización de la burocracia. Esta inoperancia ha permitido liberar de responsabilidades a sectores del estado con injerencia directa en el área de las comunicaciones. La estructura señalada ha repercutido en la escasa importancia dada al tema de la información en las últimas dos décadas.

Hoy nuevos actores sociales se suman al escenario mundial en el que aparecen instituciones supranacionales, como el MERCOSUR cuya finalidad primera es activar las economías nacionales y al mismo tiempo presentar a los países signatarios como un bloque a la hora de las negociaciones con los países líderes.

Este proceso implica la necesidad de afrontar múltiples retos: reorganización de sistemas políticos; reconversión industrial y tecnológica; inmigración interna y externa; reorganización de las alianzas militares; unificación política coherente con la unidad de mercado entre los países intervinientes. Chile se ha sumado, a partir de julio de 1996, como el primer socio comercial con la firma de un acuerdo de libre comercio. Este conglomerado económico, que incluye a 215 millones de habitantes se ha convertido en el cuarto en el orden mundial2.

Desde el punto de vista global, el MERCOSUR favoreció el comercio intrarregional el que creció a un ritmo sostenido. En 1995 las transacciones comerciales aumentaron un 69 % respecto de los negocios concretados cinco años atrás. Las exportaciones, en 1996, de Argentina y Brasil ascendieron un 49% impulsadas básicamente por un aumento del 78% de las exportaciones industriales. Los rubros que más se beneficiaron con la asociación son: material de transporte, máquinas, aparatos y material eléctrico, textiles puros y confecciones, productos lácteos y carnes. A pesar de estas cifras positivas la dependencia de las economías argentina y brasileña -sin dejar de lado la incidencia de la globalización- han creado una situación de desventaja para nuestro país puesto en evidencia de manera notoria con el llamado "efecto cahipirinia". Las industrias más afectadas fueron la automotriz y la alimenticia.

En este contexto y no sólo en el aspecto económico de la integración deberían tener una actividad preponderante los medios como facilitadores de este proceso y la consolidación de la democracia.

Una de las problemáticas centrales de este planteo son los riesgos que pueden correrse frente al autoritarismo estatal que lejos de dictar reglamentaciones protectoras del derecho a la comunicación y favorecer la democratización de los medios, convierta a las PNC en elementos de control creando nuevas formas de censura.

Para evitar esto es imprescindible la participación de la sociedad como legitimadora del accionar de los medios y de las acciones del Estado. Elaborar un proyecto integral en el sentido descripto implica la formulación y aplicación de este tipo de políticas canalizadas a través de un Consejo, Foro o Comisión Regional integrado por todos los países del MERCOSUR, con accionar sea autónomo y pluralista.

La iniciativa de hacer planteos conjuntos desde el comienzo facilitaría la tarea de pensar criterios a volcar en políticas nacionales y posteriormente trasladarlas a principios rectores para este bloque en su conjunto.

Este tipo de política debería tener categoría de ley de acuerdo a las normativas propias compatibilizadas a partir de la discusión y la búsqueda de consenso para obtener una propuesta integral como bloque.

Si se pretende lograr algunos resultados en este sentido deben resolverse varios dilemas que hasta hoy no se debaten en el ámbito estatal y menos aún preocupan a la ciudadanía: Libertad de información ves. Derechos personales; Intereses privados ves. Intereses públicos; Derecho privado vs. Derecho del Estado; Concentración de medios vs. Pluralidad de ideas y Derecho a la comunicación vs. Censura (manifiesta o encubierta).

Con las nuevas dimensiones del Estado hoy el proceso de pensar y viabilizar pautas genéricas para garantizar el Derecho a la Comunicación en un marco de pluralidad ideológica debe analizarse y proyectarse desde los conceptos de: democracia, incidencia de los grupos de presión, de qué manera canalizar la voluntad social de comunicarse y las efectivas acciones para lograr la democratización de la comunicación.

La recuperación de los gobiernos civiles, en todos los países americanos ha permitido generar procesos democráticos (en algunos casos sólo formales) y favoreció la participación de la ciudadanía. Frente a cierta pluralidad de ideas la sociedad ha comenzado a desarrollar su sentido crítico frente a las propuestas de los medios, pero todavía no ha creado conductas para ejercer su propio derecho a la comunicación.

No puede esperarse del Estado acciones en el sentido de pensar integralmente la comunicación y plasmar estos criterios en pautas generales, dada la configuración que asume en este proceso de neoliberalización. Hoy las acciones deben generarse desde la sociedad civil, organizada en grupos de presión que reclamen, a partir de la libertad de participación, su propio espacio para opinar sobre esta problemática.

Frente a la situación económica caracterizada por alto índice de desempleo, servicios de salud y educación cada vez más deficientes, parece utópico pensar que la sociedad se ocupe del tema de la comunicación. Pero es desde el ejercicio de la ciudadanía y de la libre expresión podrá encauzarse este tipo de debate.

La voluntad social de comunicarse no ha sido opacada con la constitución de las corporaciones multimedios, sino que sigue vigente la necesidad de enterarse de lo que pasa en el entorno más cercano.

Se ha priorizado uno de los factores de valor noticioso que había perdido fuerza en el momento en que todavía estaban definidas las identidades locales y regionales. Hoy la proximidad, como factor que da importancia a la información surge con mayor fuerza frente al proceso de globalización. Así muchos de los grandes medios argentinos (cuyas sedes centrales están en Capital Federal) efectúan ediciones especiales en determinadas regiones del país rescatando las problemáticas de esos núcleos sociales. Comienzan a consumirse productos culturales que hablan de lo inmediato y no sólo de lo que es ajeno.

Surgen al mismo tiempo propuestas alternativas como son las radios comunitarias y los periódicos barriales en el permanente intento de encontrar un anclaje cultural local o regional frente al fenómeno de la transculturación.

Estas manifestaciones son el primer paso hacia una democratización efectiva de la comunicación. Otra forma de control, que puede ejercer la sociedad, es la figura del ombusdman que responda a los intereses sociales y no de las empresas periodísticas y las Organizaciones No Gubernamentales (ONG’s). En este último caso, Brasil posee ciertas ventajas frente a los otros países pues los nucleamientos en este tipo de entidades se encuentran más desarrollados cumpliendo roles que los gobiernos han abandonado o canalizando las demandas que no tienen respuestas.

Para obtener logros a largo plazo se deberá comenzar a trabajar en este sentido en entidades intermedias, escuelas, municipalidades con una concepción integral de la comunicación reconociéndola como un derecho de todos y no exclusivo de los medios.

 

 

NOTAS

1- Las teorías normativas, también conocidas con el nombre de teorías de la prensa constituyen un instrumento teórico que permite analizar y efectuar críticas sobre el accionar del Estados en su relación con los medios de comunicación masiva, el rol que les adjudica y su incidencia en la sociedad.

2- Los otros bloques integrados son: el TLC (Tratado de Libre Comercio) o NAFTA (por sus siglas en inglés), la Unión Europea (EU) y el sudeste asiático (ASEAN) con Japón liderándolo (APEC, Foro para la Cooperación y el Desarrollo Económico de los países de Asia y el Pacífico).

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* Magister en Estudios Latinoamericanos (Orientación Integración). Docente del Departamento de Ciencias de la Comunicación en las cátedras de Periodismo y Comunicación Impresa, Comunicación Impresa Aplicada y Ética, Comunicación y Derecho.