LA CONSTITUCIÓN DE LOS DOCENTES COMO RECEPTORES DE MATERIALES DE CAPACITACIÓN.

Autoras:

Susana Felli y Alejandra Valentino (UNLP)

noevalen@infovia.com.ar

 

El presente trabajo presenta resultados parciales de una investigación en curso "Materiales para la capacitación: los procesos de recepción de los docentes" que se desarrolla en la Facultad de periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata.

Uno de los objetivos generales que nos hemos propuesto es investigar la capacitación docente como un proceso comunicacional, proceso sumamente complejo si tenemos en cuenta la cantidad de factores que intervienen en el mismo. Para abordarlo hemos diferenciado dos momentos investigativos:

1) Una primera instancia que se refiere a la exploración de diferentes materiales gráficos producidos explícita o implícitamente con la finalidad de la capacitación, editados por organismos gubernamentales y no gubernamentales.

  1. Una segunda etapa que intenta indagar los procesos de recepción de dichos materiales por parte de los docentes, como así también averiguar qué otros documentos son utilizados con la finalidad de la capacitación

Precisamente en la presente comunicación presentamos fundamentalmente, las conclusiones provisorias que estamos configurando en este momento de la investigación, referidas especialmente al segundo item, aunque haremos necesaria referencia a las características de los materiales, para poder comprender mejor los procesos de recepción.

Nos interesa entonces:

  1. identificar cuáles son los materiales de capacitación que efectivamente utilizan los docentes.
  2. cómo se conforman cómo público de determinados materiales de capacitación.
  3. que sistemas de adhesiones y rechazos generan los docentes frente a los mencionados materiales.

Preguntas que intentamos responder a partir de la información obtenida mediante la realización de entrevistas en profundidad a docentes de EGB de la ciudad de La Plata.

 

Algunas notas en torno a la noción de público

Una primera aproximación a las diferentes cuestiones consistió en revisar algunas conceptualizaciones teóricas implicadas en los problemas planteados.

La noción de público atraviesa todos los estudios de recepción ; dicho de otro modo, la recepción incluye y focaliza necesariamente la imagen del receptor.

Desde la estética de la recepción proveniente de la literatura, Hans R. Jauss miraba al público literario como objeto de sus investigaciones. Con este fin, retoma la tradición checa, especialmente a Mukarovsky, para quien el objeto estético se define por "las formas subjetivas de conciencia que los miembros de una comunidad o colectividad tienen en común en su respuesta al artefacto (producción literaria)". También se propone el estudio del desarrollo de una conciencia estética, presente en forma de "cualidades supraindividuales" (de Vodicka).

Otra de las vertientes teóricas interesantes para analizar los diferentes procesos de recepción es revisar las diferentes reflexiones acerca de la lectura especialmente aquellas que consideran que la lectura no está previamente inscrita en el texto sin una distancia pensable entre el sentido asignado por el autor, editor y el uso o interpretación por parte de los lectores; como así también un texto no existe más que porque existe un lector que le confiere significado: los autores no escriben libros. escriben textos que se transforman en objetos escrito - manuscritos, grabados, impresos, y hoy informatizados- manejados de diferentes maneras por unos lectores de carne y hueso cuyas maneras de leer varían con arreglo a los tiempos, los lugares y los ámbitos.(Cavallo, 1996)

Siguiendo esta línea, en Argentina existen dos importantes estudios que analizan y delimitan variables en torno a la noción del público como construcción: uno ( ya clásico) desde la investigación literaria, el otro desde el campo de la comunicación/recepción. Nos referimos a "El imperio de los sentimientos" (1985) de Beatriz Sarlo, y a "Públicos y Consumos Culturales en Córdoba" (1997) de María Cristina Mata. Asimismo, para una visión integradora de estos estudios, remitimos a Florencia Saintout "Los Estudios de Recepción en América Latina" de (1998).

Nos detendremos a continuación en cada una de estos trabajos, pero intentando focalizar en aquellos problemas que entendemos se vinculan con el análisis que intentaremos realizar acerca de la constitución de los docentes como público de determinados materiales.

 

Beatriz Sarlo : El enigma del lector

 

Beatriz Sarlo se plantea múltiples interrogantes a partir de un corpus de trabajo determinado : los "novelines" o novelas semanales, por entregas, que circularon entre 1917 y 1925 (años de apogeo) en Argentina, contemporáneamente a la vanguardia literaria que las denominó, en alguna de sus revistas, "literatura de barrio, de pizzería y de milonguitas". Así revisa "La novela semanal", "El cuento ilustrado", "La novela del día", entre otras. Desde la construcción de un público/receptor por parte de estas novelas, se propone ahondar en dos variables : cómo formaron un público (operación complicada que se refleja en toda la historia de la literatura) y para qué público iban dirigidas las publicaciones.

Estos textos "de la felicidad pero también del conformismo", fueron tratados por la autora desde una perspectiva histórico-social indispensable pero también con una mirada desde lo que la clase alta consideraba literatura. De esta manera, puede verse cómo la literatura "popular" regionalizaba la subjetividad de los temas (fueron escritas cuando ya se habían producido grandes novelas psicológicas). El amor, el deseo y la pasión hablaban, de algún modo, de las expectativas de su público. ."Gustaban porque estaban construidos para gustar, pero también para competir con otros bienes y discursos que circulaban en un mundo medio y popular. Trabajaban con un nivel muy reducido de incertidumbre y , en este sentido, iban al encuentro de lecturas realizadas desde disposiciones estéticas y hábitos culturales no inclinados a la incertidumbre. Por eso son confirmatorias de los hábitos de sus lectores. Opuestas a las vanguardias (que ni siquiera entraban en su horizonte), estas narraciones ponían formas estéticas anteriores al momento de su publicación...El estudio de las narraciones semanales debería enmarcarse en el de las formas culturales complejas de una sociedad como la argentina en un período de modernización rápida."(pp.16-17).

En el capítulo "Los lectores: una vez más ese enigma", Sarlo se detiene en la caracterización de un público que consumía semanalmente ficción sin ser el habitué de las librerías. Esta literatura- posterior a la consolidación del campo intelectual en Buenos Aires- trabajaba con un imaginario colectivo pero, al mismo tiempo, lo constituía, perfilando un nuevo público que no se colocaba frente a las ofertas tradicionales de literatura y que no utilizaba los canales corrientes de circulación.

Hacia 1910, las librerías de Buenos Aires por su disposición interna, por su ubicación en el centro de la ciudad, eran reductos minoritarios destinados a los intelectuales. El mundo de la librería, del desorden, el entrar desde el afuera, era una aventura que superaba las disposiciones del nuevo público, provocando el temor o la intimidación. Es decir, el nuevo público carecía del habitus natural del público de librería. Su cultura letrada estaba desarrollada básicamente por la escolarización primaria y la lectura de materiales inmediatos, adquiridos en los kioscos o al vendedor domiciliario del barrio. Estos canales eran los propicios para la difusión de los novelines y adecuados a los habitus del nuevo público ; sobre todo al del público femenino, cuyo acceso a materiales de lectura enfrentaba dificultades culturales e ideológicas.

En este contexto, cobra importancia otro tipo de oferta desde el periodismo: el magazine, respuesta a las necesidades de consumidores medios y populares - permitía la mezcla de discursos, incluso el de ficción, y su precio era inferior al del libro-. En consecuencia "significaba una opción tan atractiva que el magazine, de Caras y Caretas a Leoplán, diseña uno de los perfiles literario- periodísticos de la primera mitad del siglo XX." (p. 22).

Además, se agregaban otras condiciones sociales para la formación del público, como los procesos de urbanización y alfabetización, el desarrollo comercial y administrativo y la expansión del aparato escolar. Con este marco, intenta reconstruir el horizonte de expectativas de los lectores, el imaginario de ese público cincuenta años después, y la función de los textos como formadores activos de fantasías sociales.

Recoge testimonios y profundiza en las causas que recortan al público de las novelas de entrega : son jóvenes, adolescentes, incluso niños ; en su mayoría mujeres, pero también hombres que las leían y compraban "para sus novias o hermanas" -las novelas se referían a "lectores" en general- ; relacionadas con la insatisfacción de la mujer de clase media -y del hombre-, no próspera, alentados por esperanzas de cambio.

A partir de aquí comienza a posicionarse frente a la recepción de esta literatura : ¿Qué significaba la lectura para su público ?¿Cuáles son las disposiciones experienciales, estéticas, gnoseológicas que las lecturas de estas narraciones moviliza y requiere ? ¿Qué es necesario saber para gozar y extraer un sentido de los textos semanales?

Para encontrar respuestas, la autora recurre a estudios sobre recepción, en especial el de Leenhardt y Józsa (Jácques Leenhardt et Pierre Józsa. Lire la lecture. París, Le Sycomore, 1982). Estas investigaciones logran reconstruir sobre la base de respuesta a encuestas, el sistema de lectura, las expectativas estéticas e ideológicas con las que se coloca un individuo frente a un texto.

En particular, las novelas estudiadas trabajan sobre el horizonte cultural de sus lectores, reforzando ciertos hábitos de lectura, a partir del material. Por otra parte, también hay rasgos que definen el material, explican su éxito y marcan los límites del horizonte de expectativas con el que se encuentran y que contribuyen a definir.

Asimismo, B. Sarlo expone una vez más la premisa de que los textos producen sus lectores, incluyéndolos en un proceso de adquisición de hábitos ; es decir, la lectura colabora en la creación de un horizonte de expectativas simbólico. Éste, unido al conjunto de experiencias sociales, "se incluye en un ámbito ideológico dentro del cual los lectores viven su relación con la cultura".

Por último, define y enumera las expectativas a las cuales estas "narraciones de consumo popular" responden :

 

Marita Mata: el público y las prácticas de consumo cultural

 

Desde otro ángulo, el estudio abordado en "Públicos y Consumos Culturales en Córdoba" deviene en un informe de los resultados del Proyecto de Investigación del mismo nombre, entre abril de 1993 y mayo de 1995 en la U.N. Córdoba. María Cristina Mata fue la directora de este proyecto.

En el documento mencionado, la autora inserta un capítulo que muestra e indaga sobre los aspectos temáticos centrales del trabajo : públicos, consumo y medios y productos culturales masivos.

En cuanto a la noción de público, parte de la sociología de la comunicación y su establecimiento del carácter construido del público de los medios masivos, nivelando clases y grupos constituidos, entre otras, en torno a determinaciones económicas, generacionales ,educativas o poblacionales. De esta manera, se habló de público de las noticias, del cine o de la televisión, como definibles a partir de estímulos y proclives a cierto consumo, aunque ese carácter de construido conllevara la idea de desnaturalización del mismo.

La idea de público como producto de los medios pierde su fuerza explicativa porque :