Reactores fotocatalíticos para la degradación de contaminantes |
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Un grupo de investigadores del INTEC y la UNL trabajan en el tema desde hace años. La tecnología, empleada en todo el mundo, sirve para eliminar contaminantes orgánicos presentes en el agua, a partir de la acción de la luz.
Con el objetivo de contribuir al desarrollo de conocimientos para la purificación de aguas contaminadas por efectos residuales del uso agropecuario o la descarga industrial de compuestos orgánicos, un grupo de investigadores del Instituto de Desarrollo Tecnológico para la Industria Química (Intec) y la Universidad Nacional del Litoral (UNL) han desarrollado una serie de trabajos.
Uno de ellos se enmarca en los Programas de Investigación Científica y Tecnológica (PICT) y se denomina Reacciones y reactores fotocatalíticos para la degradación de contaminantes de origen orgánico empleando dióxido de titanio preferentemente inmovilizado, subvencionado por la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, dependiente de la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Nación.
El trabajo se planteó "desarrollar los conocimientos necesarios para la obtención de datos cinéticos intrínsecos para las reacciones con óxido de titanio inmovilizado, y la generación de métodos de diseño de reactores fotocatalíticos, tanto para reactores de lecho fijo como fluidizado".
En realidad, según explicó el doctor Horacio Irazoqui -director de la investigación y docente de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la UNL-, "se trata de la última etapa para llevar el agua a condiciones de consumo, o bien para su uso industrial". Para eso, se utiliza la fotocatálisis, a fin de librarse de contaminantes orgánicos presentes en el agua.
El trabajo desarrollado reúne elementos de la catálisis tradicional (cuya función es facilitar o hacer posible un proceso) y de la fotoquímica, es decir, la química que ocurre con la intervención de luz. "Se trata de sustancias que actúan como catalizadores cuando están expuestas a luz de determinada longitud de onda", explicó Irazoqui, y representa una de las tecnologías más avanzadas en el tratamiento de aguas en todo el mundo.
El proceso es útil para purificar agua contaminada con residuos orgánicos, tanto por efectos residuales del uso agropecuario o la descarga industrial de compuestos orgánicos; y la prepara para su consumo o para uso industrial.
Un poco de historia
A principios de la década del '80 se hizo evidente que un proceso inicialmente pensado para producir hidrógeno a partir de agua, empleando energía solar, podría tener importantes aplicaciones en la oxidación destructiva de sustancias orgánicas. Al proceso se lo denominó "mineralización", ya que transforma los contaminantes en dióxido de carbono, agua y, por ejemplo, el haluro (inocuo) del derivado halogenado.
La mineralización completa de un número muy elevado de sustancias orgánicas ha sido fehacientemente comprobada. No obstante, era necesario dilucidar mecanismos de degradación, estudiar intermediarios de reacción indeseables para el medio ambiente, y avanzar en los aspectos tecnológicos asociados con estas reacciones.
"La investigación apunta a mejorar las características de las aguas tratadas en ciudades de nuestro país, corrigiendo daños ecológicos atribuibles a causas naturales (coloración) o también -en sus naturales y posibles extensiones- a contaminación industrial producida por hidrocarburos, principalmente aromáticos, consecuencia de vertidos descontrolados (en ocasiones accidentales)", indica el trabajo.
Equipo
de investigación: PhD Mario Chiovetta, Ing. Rodolfo Brandi; Dr. Carlos
Esterkin; Dr. Daniel Negri, PhD Roberto Pozzo; Dr. Miguel Angel Isla; PhD Miguel
Angel Baltanas.
Romina Kippes(C) Ciencia y Técnica UNL
© Diario El Litoral de Santa Fe
publicado
el 7 de junio de 2003
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