|
Los grandes ríos con sus gradientes longitudinales y transversales, diversidad de ambientes, variaciones de caudal, períodos de inundación y de aguas bajas anuales, e interacciones río-llanura de inundación, son ecosistemas muy complejos. Los peces que los habitan han desarrollado adaptaciones en relación a dicha complejidad. En el Paraná, las poblaciones de especies económicamente importantes (sábalo, dorado, boga o surubí) realizan "migraciones" reproductivas aguas arriba por cientos de kilómetros y sus huevos y larvas se transportan con la onda de crecida y se dispersan hacia las zonas de cría, aguas abajo en la llanura de inundación. Estas adaptaciones en relación al ambiente explican su abundancia, por lo que las especies migratorias dependen, evidentemente, de la integridad del sistema fluvial, y son vulnerables a las alteraciones por represamiento, navegación, extracción de agua, desecación de humedales y contaminación humana (agrícola, urbana e industrial). En general, se estima que estos impactos suelen tener efectos más importantes sobre las poblaciones de peces que los producidos por la pesca. Estos recursos, capturados para consumo familiar o comercial (mercados locales y del exterior), se comparten entre varias provincias del territorio nacional y con países vecinos, lo que complica un ordenamiento pesquero que, de no ser claro (por ausencia de datos técnicos adecuados), genera conflictos entre actores y jurisdicciones. Debido a todos los factores ambientales mencionados, los grandes ríos del mundo han sufrido fuertes impactos, junto a un aumento del esfuerzo pesquero (conocido en la cuenca del Amazonas y en la alta y baja cuenca del Plata, por ejemplo). Como resultado de esta presión combinada, se observan cambios en la estructura y la abundancia de sus poblaciones y en las tallas individuales de captura. En general, en todas las pesquerías multiespecíficas de grandes ríos del mundo, a medida que aumenta la presión pesquera, las especies más apreciadas (de mayor tamaño) disminuyen en su abundancia y son reemplazadas por otras de menor talla y valor; produciendo una fuerte incidencia tanto en el sistema como en lo social y económico. Los pescadores del Paraná perciben una disminución en sus capturas, acentuada en años recientes, que interpretan como una declinación del recurso. En la última década, se puso de relieve una mayor explotación del sábalo, la especie de mayor abundancia en el medio y bajo Paraná. Esta pesquería multiespecífica, iniciada en 1994 para exportación, incide en menor grado sobre las especies acompañantes, como bogas, bagres, dorado, surubí, patí o armado. La reducción excesiva de abundancia del sábalo podría, además, afectar a los predadores topes (surubí o dorado), que se alimentan de ella en buena medida. Necesidad de estudios A tales efectos y luego del consenso, se formó la Comisión de Pesca Continental dentro del Consejo Federal Agropecuario (CFA) en noviembre y se comenzó a delinear una estrategia para administrar los recursos pesqueros del río. La planificación involucra la realización de estudios de evaluación global de los recursos ícticos y sus pesquerías (junto a sus relaciones con los factores ambientales y el ecosistema fluvial), e investigaciones críticas puntuales sobre recursos amenazados, la obtención o mejoramiento de datos estadísticos, la revisión de las normativas actuales y su armonización entre provincias, la intensificación y coordinación de las actividades de control y fiscalización y el diseño e implementación de una base de datos eficiente.
Este primer estudio abarcará el tramo Reconquista-Victoria por ambas márgenes, en ambientes representativos y durante un ciclo anual. Los muestreos proveerán información actualizada sobre la distribución y estructura de las poblaciones (tallas, edades, sexo), el crecimiento individual, la talla inicial de reproducción, fecundidad según tallas de hembras, tallas capturadas con diferentes redes y abertura de malla, incidencia sobre especies acompañantes y variables asociadas. Esta información, junto a la ya existente, permitirá formular recomendaciones con fundamento sobre el tamaño óptimo de captura, intensidad de pesca y otros aspectos para un aprovechamiento racional y ecológicamente aceptable del recurso. Luego, se avanzará en otros aspectos y otros tramos del río Paraná, de forma tal que las provincias involucradas dispongan de mejores bases técnicas actualizadas para adoptar decisiones, apostando al principio de "buenas prácticas pesqueras" consensuadas y armonizando los intereses de todos los actores involucrados, en el marco de uso sustentable de los recursos pesqueros. © Ciencia y Técnica UNL - Diario El Litoral |
<<< |
Publicado el 7 de mayo de 2005
|