María
Lucila Satuf* investiga en el INTEC**
en procesos alternativos para el tratamiento de aguas contaminadas con
compuestos orgánicos. En su trabajo científico, que desarrolla
en el Grupo de Ingeniería de los Fotorreactores, y en el que la
dirigen los Dres. Orlando Alfano y Rodolfo Brandi, está abocada
al estudio de la degradación de clorofenoles por fotocatálisis
heterogénea. Éste es un proceso de significativo valor medioambiental
y económico.
¿Cuándo
inició esta actividad?
En 2002, en el grupo antes nombrado, y en noviembre pasado defendí
la tesis para obtener el Doctorado en Tecnología Química
que otorga la FIQ
/ UNL. El trabajo
de tesis consistió en el estudio de la degradación de un
contaminante orgánico del agua empleando un proceso avanzado de
oxidación.
¿Qué
es un contaminante orgánico?
Los contaminantes de este tipo, presentes en el agua, comprenden un extenso
grupo de sutancias químicas que producen efectos nocivos sobre
los organismos que beben el agua o que viven en ella. Específicamente,
el contaminante que he estudiado es el 4-clorofenol. Los clorofenoles
son compuestos muy utilizados en la industria debido a sus propiedades
antimicrobianas de amplio espectro. Además, se emplean como intermediarios
en la elaboración de agroquímicos, fármacos y pinturas.
Estas sustancias pueden diseminarse en el medio ambiente debido a la descarga
de desechos industriales en cursos de agua, y como consecuencia de las
filtraciones producidas en tierras donde se aplican pesticidas a base
de clorofenoles.
¿Por qué
hay que degradarlos?
Debido a que los clorofenoles son compuestos altamente tóxicos
y muy persistentes en el medio ambiente. Para destruir estos contaminantes
del agua, las tecnologías convencionales utilizan tratamientos
biológicos, físicos y químicos, basándose,
el primero, en el empleo de bacterias para destruir las moléculas
orgánicas (biodegradación). Sin embargo, los clorofenoles
son tóxicos para estos microorganismos y, por lo tanto, resistentes
a la biodegradación. A su vez, los tratamientos físicos
y químicos convencionales pueden generar residuos peligrosos, o
subproductos aún más tóxicos que los contaminantes
iniciales. Por ello resulta necesario recurrir a otros métodos
para eliminarlos del agua, y dentro de las tecnologías alternativas
que se han desarrollado en los últimos años se encuentran
los “procesos avanzados de oxidación” (PAO).
¿En qué
consisten?
Estos procesos involucran la generación y el uso de especies oxidantes
muy reactivas, como los radicales libres, capaces de degradar la mayoría
de las moléculas orgánicas. Particularmente, el PAO sobre
el cual basé mi investigación se denomina “fotocatálisis
heterogénea” (FH), que utiliza radiación ultravioleta, oxígeno
y dióxido de titanio como catalizador. La FH presenta numerosas
ventajas en comparación con las tecnologías convencionales:
logra la destrucción de un gran número de contaminantes
orgánicos y los transforma en productos inocuos; no genera compuestos
secundarios indeseables; puede emplearse para el tratamiento de agua,
aire y suelo contaminados; y permite el empleo de radiación solar
como fuente de energía, otorgándole a este proceso un significativo
valor medioambiental y económico.
En su trabajo de
investigación, ¿cuál ha sido su aporte a la
disciplina?
Consistió en el desarrollo de una metodología de trabajo
que permite diseñar equipos a gran escala para el tratamiento de
aguas por FH, como así también optimizar el funcionamiento
de estos dispositivos. Ello se logró a partir de experiencias de
laboratorio y de modelos matemáticos que simulan el proceso de
descontaminación y permiten predecir lo que sucederá al
modificar las condiciones del tratamiento.
¿Qué
actividades realiza el Grupo de Ingeniería de los Fotorreactores
que usted integra?
Se dedica a la investigación de los PAO para el tratamiento tanto
de agua como de aire contaminados, estudiando distintos aspectos de estos
procesos y empleando diferentes dispositivos experimentales (fotorreactores)
y contaminantes. Deseo destacar la importancia de que en nuestra región
se investigue acerca de nuevas tecnologías para la descontaminación,
un área de estudio que se ha convertido en prioritaria a nivel
mundial. No hay que olvidar que el agua, al estar directamente ligada
a la salud y a todas las actividades productivas del hombre, representa
un factor decisivo para la calidad de vida de los pueblos. Por eso resulta
imprescindible la protección de las fuentes de abastecimiento y
el tratamiento adecuado y eficiente de las aguas contaminadas.
(*) Bioquímica
y Dra. en Tecnología Química (UNL).
(**) Instituto de Desarrollo Tecnológico para la Industria Química
(INTEC /
CONICET / UNL),
sito en la ciudad de Santa Fe. Entrevistó: Lic. Enrique
A. Rabe (ACS/CERIDE-CONICET).
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