TENDENCIAS PARA EL SIGLO XXI

     Ante nosotros se abre una nueva era, un período de acelerada innovación tecnológica que ofrecerá oportunidades sin precedentes. Sin embargo, también asoma el fantasma del miedo ante los riesgos que tales avances podrían significar para la intimidad, el patrimonio genético y la propia vida humana. Los terrores del nuevo milenio parece que serán bien distintos de los que atemorizaron a nuestros antepasados en el advenimiento del año 1000.

     En nuestro siglo, por lo menos tres escritores nos han dejado publicadas sus visiones sobre ciertos aspectos del futuro de la humanidad, derivados de la ciencia y la técnica: H.G. Wells, Aldous Huxley y George Orwell. Sus predicciones se refieren a armas de destrucción masiva, manipulación genética y bioquímica y telepoder. No fueron ellos los únicos escritores que anticiparon realidades actuales, pues Ramón Gómez de la Serna pronostica el uso del poder atómico para destruir y también para aplicaciones pacíficas. Podríamos decir que la energía nuclear, el laser, los satélites artificiales, la ingeniería genética y la electrónica constituyen formidables progresos de la humanidad, pero al mismo tiempo suponen riesgos gravísimos para la intimidad, el patrimonio genético y la propia vida humana.

     Estamos en el comienzo de una nueva era. Ante nosotros se ha abierto una importante década de la historia de la civilización, un período de pasmosa innovación tecnológica, con oportunidades sin precedentes. La cercanía del año 2000 amplía las emociones, acelera los cambios, realza la conciencia y nos obliga a reexaminarnos, a revisar nuestros valores y nuestras instituciones.

     En 1982, en el libro "Megatendencias", John Naisbitt señalaba, entre otros, los cambios siguientes: 1) De la sociedad industrial a la de la información. 2) De la economía nacional a la mundial. 3) De la centralización a la descentralización. 4) De la ayuda institucional a la ayuda propia, etc.

     Estos cambios continúan en el esquema actual, a medida que nos adentramos en la década del 90 y un nuevo grupo de fuerzas entra en juego. Las tendencias más importantes que van a influir en nuestras vidas son las siguientes: a) el "boom" económico global de este decenio; b) un renacimiento de las artes; c) la aparición del socialismo de libre mercado; d) estilos de vida globales y nacionalismo cultural; e) la privatización de la salud; f) el ascenso económico de la costa del Pacífico; g) la década de las mujeres en el liderazgo; h) la "era" de la biología; i) el renacer religioso del nuevo milenio; j) el triunfo del individuo.

     Hay obstáculos importantes que salvar, desde el desarrollo económico del Tercer Mundo hasta la conservación del medio ambiente, pasando por el descubrimiento de la curación del cáncer y del SIDA. Pero, en gran medida, la dirección de las megatendencias actuales fortalece a la sociedad para enfrentarse con sus peores lacras sociales en todo este plazo de la década.

     El colapso del comunismo económico, la deuda de los países, el caos económico de las dos superpotencias mundiales, la venta de armas, el desarrollo desequilibrado entre los distintos grupos de naciones, la explosión demográfica (acompañada del descenso de la natalidad en el hemisferio Norte), la seguridad alimentaria mundial (tan grave como la "otra" seguridad), el narcotráfico, las disparidades en el acceso al conocimiento y a la información y la confusión entre crecimiento económico y calidad de vida (que NO SON conceptos equivalentes), son algunos de los problemas analizados en un informe del Club de Roma.

     En el informe se propugnan algunas acciones urgentes: reconversión de la economía militar en civil (incluida la desmovilización de los 5 millones de científicos y técnicos dedicados a temas bélicos); reconversión de las armas en bienes convencionales; la necesidad de un tratado de no proliferación nuclear que no sea sólo de las grandes potencias; la reducción de las emisiones que producen el calentamiento global de la atmósfera y la urgencia de enfrentarse con los problemas del desafío nuclear; el agujero de ozono; las energías alternativas, etc. ¨Vamos hacia un mundo esquizofrénico?, se preguntan los autores del informe.

     Los problemas surgen en todos los ámbitos. ¨Qué información ha estructurado hasta ahora la personalidad humana? En el pasado, dependía de los genes y del medio ambiente. Nosotros no habíamos elegido ni lo uno ni lo otro. Se trataba de una doble casualidad, genética y ambiental.

     Ahora -afirma el Prof. R. Delgado- empezamos a descifrar el código genético y vamos a tener conocimiento y tecnología para comprender e incluso elegir nuestros genes. El futuro genético humano no procederá ya de la casualidad, sino de nuestra decisión. La estructuración de la personalidad humana de los años 2000 está en nuestras manos y se basa en una doble elección: personal y social. Conclusión del Dr. Rodríguez Delgado: "hacia la esperanza biológica". Completada por Laín Entralgo: "hacia una esperanza razonable". El hombre seguirá siendo hombre, aunque con riesgo de desaparecer.

     También se han formulado reservas, ante creencias casi dogmáticas hoy, sobre la economía post-insdustrial, la curva creciente de empleos en los sectores relacionados con la información e incluso la transición de una economía de servicios -que podría ser una ilusión estadística- porque el crecimiento del empleo en el sector de servicios puede ser producido por la demanda del sector fabril. Para Cohen y Zysman, "eso" de la economía post-industrial no existe. "El sector fabril es lo que importa. La riqueza y el poder de los EE.UU. de Norteamérica dependen del mantenimiento del dominio y el control de la producción".

     Finalmente, una advertencia que en España debería tenerse muy en cuenta. El futuro pertenecerá a los países que realicen por sí mismos el cambio a los nuevos procesos de producción. Las sociedades que simplemente se apoyan en corporaciones huecas para comprar productos que se fabrican en el extranjero acabarán perdiendo la capacidad competitiva. Y ello será así porque la importancia de los nuevos sistemas flexibles reside no solamente en sustituir la mano de obra por maquinaria, sino también en el abaratamiento a gran escala del proceso de producción, acompañado de una mayor variedad de productos.

C) A CIENCIA CIERTA - CERIDE