LA PERCEPCION DEL TIEMPO NO ES IGUAL PARA TODOS

Las especulaciones acerca del fenómeno del tiempo son muy antiguas. Las teorías respecto del mundo físico en general, y del espacio en particular, a menudo se presentan como elaboraciones discutibles de las concepciones del tiempo y del espacio. La percepción del tiempo, a su vez, es también un importante componente del mundo físico de la causalidad y del mundo social. Empero, ciertos pensadores creen que, alguna vez, los seres humanos vivieron en un estado de presente atemporal, con poco o ningún sentido del pasado y del futuro.

El tiempo subjetivo
A diario asociamos el tiempo con lo que nos dicta el reloj, lo que nos permite juzgar la duración de un segmento determinado. La percepción temporal suele describirse mediante variables biológicas y psicológicas. La relación "tiempo psicológico" (subjetivo, percibido)- "tiempo universal objetivo" (físico, reloj) depende no sólo del factor biológico sino también del aprendizaje, habilidad cognitiva, experiencia, ambiente físico y social, personalidad, cultura y otros. El tiempo subjetivo se refiere a la estimación objetiva sin las "claves" externas del reloj. De hecho, casi siempre las estimaciones subjetivas difieren de las objetivas. Desde lo teórico, el tiempo psicológico est  más bien constituido por eventos físicos y psicológicos que ocurren internamente. Veamos un ejemplo: en ciertas condiciones, el tiempo pasa más rápidamente que en otras. ¿Por qué? Según Fraisse -un estudioso-, porque la situación de esperar, y la expectativa en general, enfoca la atención en el paso del tiempo y esto aumenta la duración. Por otra parte, cuando la atención se aparta del paso del tiempo, y se dirige a un evento determinado -una fiesta, un concierto-, la experiencia de la duración parece más corta. Investigaciones sobre la percepción temporal Nuestras investigaciones sobre la percepción del tiempo para duraciones cortas (del orden de 1 a 20 seg) detectaron una diferencia entre dos grupos de niños: uno, de 7 y 8 años de edad; otro, de 10 a 14 años. También observamos diferencias entre varones y mujeres. Además, no se percibe del mismo modo el tiempo que acaba de pasar que el que está por venir. Como se preveía, los segmentos temporales estimados por el grupo de los menores fue más corto que el de los mayores. No encontramos diferencia entre los chicos más grandes y los adultos. Jean Piaget -pedagogo- había sugerido que, ya alrededor de los 7 a 8 años, pueden estimarse correctamente la sucesión y la duración de los eventos. Sin embargo, para Fraisse, a esa edad (los niños) todavía no se dan cuenta de que el tiempo es independiente del cambio; a este nivel de abstracción se llega por grados. Este autor opinaba que los niños menores estiman el tiempo sobre la misma base que los niños mayores pero que aún no han aprendido a relacionar todas las posibles estimaciones de duración. Nosotros interpretamos la diferencia entre los dos grupos de niños como un cambio cognitivo en la comprensión de la naturaleza abstracta del tiempo.

Cuando nadie lo esperaba...
Contrariamente a lo esperado, también encontramos que, para la misma duración de reloj, los varones dan duraciones menores que las mujeres. En cuanto a esta diferencia, se puede postular que, durante su vida, las mujeres acumulan una mayor cantidad y variedad de experiencias que los hombres. Por lo tanto, hacen un mayor número de asociaciones (con eventos) por unidad de tiempo de reloj. Dando por sentado que la unidad subjetiva de tiempo depende de la cantidad de asociaciones, las mujeres -para la misma duración física- van a requerir más unidades subjetivas de tiempo porque tienen asociaciones más variadas que los hombres. En lo que respecta a las variedades temporales clásicas: la prospectiva -el tiempo por venir- y la retrospectiva -el tiempo que ya pasó-, puede afirmarse que no se perciben del mismo modo. Nuestros resultados muestran que -en la segunda- las duraciones resultan m s cortas. Esto se debería a que, en el cálculo del tiempo que ya pasó, intervienen también otros factores cognitivos como la memoria. En cambio, en el tiempo que va a llegar, interviene sólo el reloj biológico.

Para destacar
En nuestra cultura -altamente tecnológica- estamos obsesionados mirando el reloj y contando el tiempo hasta los microsegundos. Pero todavía desconocemos hechos esenciales acerca del procesamiento biológico y psicológico de la información temporal. Por ello se debe insistir en que se trata de un conocimiento muy importante, al cual hay que abocarse, que juega un papel significativo en el desarrollo de técnicas y métodos psicológicos, en la educación, en la conducta vial, en la interacción hombre-máquina, en la producción industrial, en los tratamientos clínico-médicos, etc. El sentido del tiempo, lo mismo que el auditivo, visual, olfativo y el del gusto, constituye una función psicológica fundamental para el desarrollo de la conducta humana. Cuando aparecen deterioros en el tiempo psicológico los síndromes suelen ser críticos, y surgen en muchas clases de psicopatologías como, por ejemplo, en pacientes con lesiones cerebrales orgánicas, esquizofrenia y depresión. Desde este punto de vista, la alteración del tiempo psicológico, o del sentido del tiempo, influye en la conducta y lleva a la desintegración de la personalidad.

Por la Dra. Anna Eisler, investigadora y profesora de la Universidad de Estocolmo (Suecia) -Departamento de Psicología- , quien desarrolla un proyecto de investigación conjunta en el Laboratorio de Investigaciones Sensoriales (LIS-CONICET), de Buenos Aires, que dirige la Dra. Miguelina Guirao.

(C) LIS - CERIDE