Realizado por integrantes (*) del taller literario "Temps era Temps", en el marco del VIII Festival Latinoamericano de Poesía de Rosario, 2000
(*) Daniela Pierotti, Marta Castellano, Joaquín Gorrochategui, Lucas Fornillo, Cristina Figueroa, Elsa Hufschmid, Alicia Ramos, María del Pilar Rodríguez, Gabriel Faure, Sergio Ferreira
IDENTIKIT DEL ENTREVISTADO
"de tantos desgarros, voy a coserme otro cuerpo para dar de comer a mi sombra…"
HUGO MUJICA
¿Cómo abordar un artículo sobre Hugo Mujica? ¿Cómo cubrir todas las facetas de una personalidad tan interesante como peculiar? Sin dudas, debemos empezar por preguntar, pues son las preguntas las que el poeta-filósofo-pintor-cura-antropólogo, convoca permanentemente en su obra.
El sacerdote del dios con minúscula (precisamente por aquello de que es el dios de las preguntas) no puede ni quiere aportar respuestas ni soluciones. Lo suyo es la belleza mediante el uso de la poesía, y un llamado a la reflexión sobre los grandes temas que, a veces, el bombardeo mediático oculta tras su parafernalia de banalidades (aparece ya aquí el filósofo).
¿Por qué Hugo Mujica (nacido en Buenos Aires en 1942) se transforma en una de las figuras ineludibles del pensamiento argentino de fin de siglo? Evidentemente por su continua búsqueda, por no estancarse jamás, por investigar de manera incansable dentro de las diversas disciplinas científicas y artísticas, las respuestas de las que cada vez está más lejos y, además, por la experiencia ganada en una vida que incluyó desde vivir el ocio creativo hippie en su propio centro (el Nueva York de la década del sesenta), hasta siete años de silencio en un monasterio trapense.
Lamentablemente, su obra, que abarca más de quince publicaciones (poesía, ensayo, etc.), es casi imposible de conseguir en las librerías de la ciudad de Santa Fe. Se trata de un inconveniente rutinario para la poesía, pero ella muchas veces logra reírse de los tradicionales circuitos de distribución y se las ingenia para circular de forma no convencional, logrando llegar de mano en mano o de boca en boca, a los corazones que estén dispuestos a enriquecerse con su poder sereno pero firme.
De algo podemos estar seguros: Hugo Mujica (de no ser inmortal) seguirá ocupado en la búsqueda de la verdad y de la belleza (si es que son dos conceptos distintos) hasta el día de su muerte. y nosotros, simples mortales, seguiremos disfrutando eternamente con la lectura de sus poemas.
MARCELO FIORENTINO
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